
La medida de reducción de cupos roba las últimas esperanzas de muchos venezolanos de conocer otros países.
Más allá de las medidas y de sus consecuencias inmediatas, cada paso que está tomando el gobierno hay que visualizarlo en su justa dimensión.
El #Cadivazo aunque parezca una medida cosmética, se trata de una acción de fondo que da señales muy preocupantes del tamaño de la crisis.
El viernes 10 de abril de 2015 tiene y tendrá un significado importante en la historia política y económica de este gobierno, porque a partir de la aplicación de la Providencia No. 011 del Ministerio de Economía y Finanzas y el Cencoex, publicada en la Gaceta Oficial número 40.636, hay una tácita admisión real del gobierno sobre la verdadera dimensión de la crisis que vive el país.
Aunque el gobierno pretenda maquillar la decisión alegando que se trata de una medida que busca corregir las distorsiones que se han creado en torno al mal uso de los llamados cupos “Cadivi”, cosa que existe y es cierta, en el fondo la razón es otra y otra muy preocupante: no hay dinero para seguir sosteniendo el uso de dólares en el exterior.
Esa es la razón. No hay más explicaciones. De hecho esta providencia es una medida oficial, pero en los últimos días han venido tomándose acciones “no oficiales” que marcaban la real utilización de dichos cupos ¿Desde hace cuántos días cualquiera de ustedes venía intentando utilizar su cupo electrónico y no ha podido? ¿A cuántas personas les negaron sus gestiones para el cupo viajero por cualquier tontería?
Ya la restricción en el uso de dólares estaba en marcha, sólo que la falta de liquidez del gobierno llegó a un nivel de angustia y por eso toman las medidas que ellos consideran menos costosas políticamente, porque aplicando la vieja tesis de Iris Varela, sólo las clases media y alta manejaban dólares en Venezuela, aunque la realidad sea otra muy distinta.
Medida de impacto ¿profundo?
El uso ilegal de los cupos “Cadivi” tocó fondo en la sociedad venezolana en el sentido que permeó a las clases menos pudientes del país. Muchas fueron las personas que por primera vez tuvieron pasaporte, accedieron a una tarjeta de crédito, pisaron un aeropuerto y viajaron a otros países gracias a la absolutamente ilegal práctica de la venta del cupo.
Ese comercio ilegal de dólares creció a niveles inusitados en Venezuela. Y ahora con esta “mutilación” de los cupos de divisas están quitándole a muchas personas de todas las clases sociales la posibilidad no sólo de viajar, que sería el daño menor, sino de paliar sus necesidades internas en bolívares que se cubrían ¿con qué? Con la venta del cupo.
¿Cuántos de ustedes, algún familiar o amigo tenía previsto vender su cupo para pagar alguna deuda interna? Aunque de pronto no lo admitan públicamente, muchos de ustedes que hoy leen este análisis están dentro de los afectados, porque la misma crisis los empujó cometer actos ilegales.
Una de las lecturas de las secuelas de esta medida es el costo político que tendrá en todos los estratos, pero sobre todo en aquellos en los cuales el gobierno basó sus fortalezas y que se beneficiaban del llamado “bachaqueo de cupos” y no porque compraban cupos, sino porque vendían el suyo. No sólo impacta en aquel que necesitaba comprar un artículo electrónico, a quien planificaba un viaje, sino también a ese ciudadano que dentro de su empírica planificación financiera, muchos de ellos chavistas, cada año contaban con la venta de su cupo para ganarse unos realitos.
Un “corralito” a la venezolana
El término corralito financiero se hizo conocido y hasta famoso por aquellas medidas que tomaron en Argentina durante la severa crisis económica que vivió esa nación durante la incompleta gestión de Fernando de La Rúa (1999-2001), cuando se aplicaron fuertes restricciones al manejo de dinero porque no había liquidez.
La crisis del corralito llegó a niveles tan preocupantes en Argentina, que a los empleados públicos se les comenzó a cancelar sus salarios con bonos, los cuales fueron bautizados por la filosofía popular como “patacones” y que eran simplemente papeles intercambiables por bienes y servicios. Ahí nació ese término “corralito” que ahora aplica el gobierno y que pretende disfrazar bajo el argumento de la defensa de las divisas del pueblo.
Cuando el gobierno recorta los cupos, aplica un corralito. Cuando el gobierno obliga a los venezolanos a cambiar de operador cambiario y pasarse a la banca pública, aplica un corralito. Cuando el gobierno te condiciona el uso del cupo para compras electrónicas en tres partes de $100 cada una cada cuatro meses, aplica un corralito.
De hecho cuando el gobierno permitió que las aerolíneas te vendieran boletos para viajar al exterior en dólares, aplica un corralito. Aquí el término corralito aplica para toda medida restrictiva que busca reducir y condicionar el uso de dólares, el disfrute de viajes y hasta la emigración de los venezolanos al exterior.
La decisión de limitar los operadores cambiarios a la banca pública es un error el cual, conociendo a este gobierno que se maneja pa’lante y pa’atrás como el carrito chocón, puede ser revertida porque eso implica colapsar más de lo que ya está a la banca pública.
Pero pareciera que no es un error corregible, sino una medida dirigida a disminuir la tramitación de los cupos porque cambiarse a la banca pública implica: abrir una cuenta, solicitar una tarjeta de crédito, esperar la aprobación y entrega de la TDC y entrar en una larga, muy larga, lista de espera de quienes desean introducir sus carpetas y pedir los dólares.
¿Cuántos se abstendrán de hacer ese proceso? ¿Cuántos trámites serán rechazados? ¿Con cuánta antelación habrá que hacer las diligencias? Visto aún en caliente, esa decisión hace más engorroso un proceso que ya lo era y así el gobierno busca que disminuya la cantidad de dólares que usa el ciudadano.
No olvide el término “Corralito”, porque esto apenas comienza.
Más allá del cupo
Pero pensemos más allá de lo inmediato que es el manejo de dólares por parte del ciudadano y ustedes podrán ver, dimensionar, entender y asimilar el verdadero tamaño de la crisis que vive el país. No hay dólares. No le busquen otra explicación. No se coman los cuentos que como argumentos pretenden vender los voceros del gobierno y que repetirán hasta el hastío desde el aparato de propaganda del gobierno.
Piense un poco más allá de lo inmediato y se dará cuenta que vienen momentos muy duros, no porque usted no pueda viajar a ver a Mickey o comprarse algo en Amazon o Best Buy. No, viene una crisis mucho más profunda porque el gobierno no tiene el dinero suficiente, por ejemplo, para mitigar la severa escasez que existe en Venezuela.
Y si piensa un poco más allá de pronto se dará cuenta que posiblemente tampoco el gobierno tendrá lo suficiente para cumplir sus amplias obligaciones en bolívares como salarios de los empleados públicos y pensiones a los ciudadanos ¿Entiende ya lo que está detrás de esta medida?
Darwin Chávez / @darwinch857 / @verdadesrumores / Foto: Referencial