
En Venezuela
Ante las insólitas instrucciones impartidas por el general de división Manuel Antonio Vargas, Director de Educación de la Guardia Nacional Bolivariana, según consta en el Memorándum Número CG-DC-DRH: 244 fechado 26 de Marzo de 2015 donde gira instrucciones para la colocación obligatoria del “rincón del Comandante Supremo” antes del próximo lunes 6 de abril de los corrientes so pena de ser objeto de un procedimiento administrativo disciplinario por su incumplimiento, nos vemos en la necesidad de hacer la siguiente reflexión:
En las unidades militares, lo que siempre se encuentra a la entrada de la instalación y que se guarda con veneración es la “Sala de Banderas”. Lugar donde se deposita el Pabellón Nacional y el Estandarte de esa Unidad Militar, a los cuales se le rinden honores militares en todas las ceremonias.
El Pabellón Nacional es la máxima expresión de patriotismo y respeto a un Símbolo Nacional, por eso cada unidad militar le asigna un lugar de privilegio y ahí permanece. Esa es y ha sido la única tradición que hasta ahora está establecida dentro de las leyes y reglamentos de honores.
Ahora bien, es tal la distorsión de valores y falso patriotismo que este seudo-alto mando militar quiere imponer dentro de nuestra institución castrense que en vez de dar esa orden para rendirle honores al Libertador Simón Bolívar al que casualmente jamás se le consideró dar tal tratamiento en las unidades militares, lo hacen con el cuestionado teniente coronel (Ej) golpista y responsable de la muerte de cientos de militares y civiles venezolanos en sus dos intentonas militares y la ruina y endeudamiento histórico de nuestro país con la sola intención de buscar protagonismos y ascensos que hoy en día no se consiguen por méritos profesionales ni esfuerzo en el trabajo, ni por reconocimiento a la excelencia profesional de la persona, ni por sus cualidades académicas, sino por los actos del servilismo más obsceno que logren demostrar.
Que esto haya sucedido y empezado en la Guardia Nacional, no hace más que ratificar el gran error que se cometió al darle categoría de Fuerza Armada, al mismo nivel del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina. Cuando termine esta pesadilla roja-rojita, debe ser eliminada esa condición y devueltos a su categoría de policías especiales, si es que a alguien aún se le ocurre mantenerlos como órgano del Estado. En lo personal los suprimiría…
Robert Carmona-Borjas es Primer Magister Scientiarum en Ciencias Jurídicas Militares del IUPFAN (UNEFA) y Magister Scientiarum en Seguridad y Defensa Nacional egresado del IAEDEN (Curso 24) Twitter: @carmonaborjas
Robert Carmona-Borjas / @carmonaborjas / Foto: Referencial