¡Sé que muchos me van a crucificar por lo que digo en este artículo! Porque dirán que estoy uniendo la religión y la política y que éstas no van de la mano, pero no es así, están equivocados. Es mi deber por encima de los conceptos y estigmas que ustedes se han creado “líderes” de la Iglesia del Señor en Venezuela. Así como fue odiado Jeremías por el pueblo y aceptado por Dios, estoy dispuesto a ser rechazado por ustedes líderes de organizaciones, por lo que digo a continuación.
Es increíble el silencio cómplice del liderazgo de la Iglesia cristiana en Venezuela. Somos hijos del “Dios Todopoderoso”, pero les da miedo hablar y hacer frente. Les da pánico enfrentar al mismísimo diablo. ¿Acaso no murió Cristo en la cruz y venció al hacedor de maldad? Guardan silencio ante la injusticia, la corrupción, los atropellos, patanerías, idolatría, mentiras y persecución… mientras el pueblo gime, muere de hambre y enfermedades, por escasez.
Señores “pastores”, “profetas”, “evangelistas”, presidentes de organizaciones religiosos de Venezuela, tales como: Asambleas de Dios, Consejo Evangélico de Venezuela, Organización Ovice, bautista y aún el mismo Clero
La Biblia, la cual tanto mencionan, parafrasean, predican y estudian, nos narra cómo los profetas de la época fueron actores principales en exhortación a las autoridades. Ciertamente fueron perseguidos por hacer llamados de atención de parte de Dios a los reyes y gobernantes y sabemos que siempre contaron con el respaldo de Jehová, que, aunque intentaron matarlos no pudieron hacerles nada. En cambio, ganaron el respeto de los gobernantes y el pueblo mismo.
Les pregunto ¿Dios cambió, dejó de ser? Siento decirle de todo corazón que dejen el SILENCIO CÓMPLICE. Apliquen lo que tanto han leído y predicado cada domingo. Y mi llamado no es a la calle, no es a la violencia ¡NO! el llamado es a que ustedes cumplan su rol exhortando al temor a Dios, a los gobernantes y líderes políticos en una nación se burla del ciudadano a través de la injusticia.
¿Por qué tiene miedo? Les recuerdo que a Daniel lo metieron en un horno de fuego y salió con vida. El apóstol Pedro fue liberado de la cárcel, luego que Herodes lo aprendiera, ellos son ejemplos a los cuales ustedes por miedo no han imitado.
El mismo Jesucristo se enfrentó a los judíos y venció. Su acción cambió el mundo, pero ustedes en cambio solo han estado dispuestos a esconderse detrás de la biblia y el mismo Cristo.
¡Dejen el miedo a perder comodidades! Porque ciertamente algunos temen perder sus ingresos mensuales. Otros temen el cierre de su iglesia.Les recuerdo el pensamiento de Martín Lutero: “No oponerse al error es aprobarlo. No defender la verdad es negarla”.
¡Basta de complicidad!
Javier Núñez Leal / Foto: cortesía