La Dra. Carmen Landrau evalúa los factores de riesgo de cada paciente para poner en marcha un plan de acción integral.
El actual estilo de vida citadino, lleno de estrés, malos hábitos alimenticios, sedentarismo y tabaquismo, arruina al corazón como el sistema circulatorio. Por eso es importante prevenir los factores de riesgo para gozar de una buena salud, y es ahí cuando interviene la médico cardiólogo Carmen Landrau.
Esta profesional de la salud es puertorriqueña, egresada en Medicina en su isla natal y hace 15 años llegó a Houston, donde se especializó el Medicina Interna y, posteriormente, en Cardiología. Se dedica al área de prevención de enfermedades asociadas al corazón y sistema coronario.
¿Cuáles son los factores de riesgo más comunes que deben ser prevenidos?
1. Colesterol total alto: Antes se hablaba solamente del colesterol “malo”, pero es principalmente de carácter genético y es poco lo que se puede hacer en ello. El colesterol total debe ser menor de 200 mg/dL, mientras que el llamado colesterol “bueno” puede ser mayor de 50 mg/dL en mujeres y mayor de 40 mg/dL en hombres.
2. Presión alta: Menor de 120/80 mm Hg para no ser declarado hipertenso.
3. Azúcar elevado: Debe ser menor a 100 mg/dL si la medida es hecha en ayunas, porque esa cifra es la frontera entre mantenerse sano y estar cerca de ser diabético
4. Índice de masa corporal (IMC) desbalanceado: El IMC es la relación entre el peso y la estatura de la persona. Hay tablas que estipulan la cantidad de masa ideal de acuerdo a la edad, peso y estatura.
5. Tabaquismo: Es necesario dejar de fumar, incluso no exponerse siquiera al humo del cigarrillo. El dejar de fumar es uno de los factores que más inciden en la reducción de la mortalidad. El no fumar disminuye las placas de colesterol en la sangre, reduce la presión arterial, los vasos sanguíneos se mantienen saludables y baja los riesgos de ataques cerebrales.
¿Influye la raza en los factores de riesgos?
Hemos visto que muchas personas afroamericanas tienen tendencia a tensión alta y son propensos a fallos cardíacos, mientras que en muchos hispanos vemos casos de diabetes, principalmente ocasionados por su tipo de alimentación que genera altos niveles de azúcar en la sangre.
¿Por qué es tan importante la prevención?
Porque hay muchos factores de riesgo que no generan dolor o malestar en el cuerpo pero igual deben ser atendidos para evitar males mayores. Los buenos hábitos de vida ayudan a la salud del corazón y por eso hago mucho énfasis en ese punto.
¿Cuáles son los mitos más comunes que usted ha desmentido?
¡Muchos! Algunos pacientes creen que los médicos “siempre le encontrarán algo malo” y por eso no van a consultas. Hay otros que aseguran “sentirse bien” cuando en realidad hay factores de riesgo silenciosos y el cuerpo se adapta a ellos hasta que no resiste más.
¿La inmigración afecta la salud del corazón?
Definitivamente sí. Los inmigrantes, en especial los hispanos, tendemos a ser muy familiares, a ayudar a los demás por encima de uno mismo, y todo cambio de país, incluso hasta de ciudad, genera estados de ansiedad y estrés que impactan en la salud del corazón. Yo les aconsejo a que se quieran a sí mismos en primer lugar y cuiden su salud evitando los factores de riesgo, acudiendo al médico y controlando cuadros emocionales fuertes. Solo así podrán ayudar a los demás. Incluso, sé que muchos inmigrantes sin documentación se abstienen de ir al médico porque creen que serán reportados ante las autoridades de inmigración pero yo, ni los colegas que conozco, indagamos si el paciente está “legal” o no. Los invito a acudir al médico sin temor.
¿Cómo logramos una mejor calidad de vida?
Hay que cambiar el estilo de vida, comenzando por una alimentación balanceada, además de ejercicios y control de estrés. Si la persona no sabe cómo medir las cantidades de carbohidratos, grasas, proteínas, etcétera, le sugiero que reduzca las porciones de alimentos. En Houston es difícil lograrlo ya que en aquí vemos comida por todos lados. Si sufre de colesterol, debe disminuir las grasas y el consumo de frituras y prefiera más las comidas asadas, horneadas o la plancha, además de vegetales. Si el paciente es diabético, entonces debe controlar los carbohidratos (harinas) y los dulces. Acuda al médico cardiólogo y aclare con él todas sus dudas. La Asociación Americana del Corazón (www.international.heart.org/es) ofrece mucha información al respecto de forma sencilla.
Dra. Carmen Landrau
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EV HOUSTON / Foto: Referencial