Hoy 30 de agosto no me siento como para escribir sobre comida…
A simple vista, se podría decir que no nos dejó nada bueno. ¿Qué puedes aprender de un fenómeno natural que ocurre cuando y de la manera que le da la gana? Nunca pensé ver tanta agua caer del cielo, por tanto tiempo. El diluvio se estacionó sobre nosotros, inundando por completo la ciudad y ocasionando daños a cualquier cantidad de personas inocentes. Igual, nada que hacer, no hay nada positivo en eso…
Me gusta vivir la vida en positivo, lo pregono, se lo inculco a mis hijos. Soy creyente de buscar la parte positiva en todo y disfrutar los resultados. Claro, aquí no hay nada que disfrutar, pero con todo y eso, hay algo que posiblemente haya sido lo mas importante de todo, lo positivo.
Estados Unidos es, definitivamente, un país que se une inquebrantablemente en las dificultades, lo ha demostrado ya muchas veces. Los texanos son diferentes, porque no es que se unen cuando las circunstancias lo ameritan… no: ¡Siempre están unidos al punto de hacer sentir a nosotros, los inmigrantes, parte de ellos! Es solo que cuando se requiere, se hacen sentir mas unidos.
Fue verdaderamente impresionante cuando al llamado de los líderes unidos, la comunidad entera que hace vida en Texas salió a las calles a socorrer a los más necesitados. Cuando fuimos a entregar lo recolectado para agregar lo que sabíamos sería un simple grano de arena, nos dimos con que ya estaba formada una playa, era mucha la arena. Eran tantas las donaciones, que se estaban dando el lujo de clasificar y de repartir entre otros albergues. Eran tantos los voluntarios, que nos dijeron que ya tenían suficiente ayuda. Las empresas líderes se hicieron sentir con sus aportes. Las calles se inundaron de lanchas, botes, Texas Style Camionetas que, apoyando a las autoridades, lograron rescatar miles, miles de damnificados.
Uno diría que cuando estás viviendo una tragedia como esta no hay nada bueno en ella. En la tragedia no… ¡pero en la gente sí! Fue hermoso ver como esta circunstancia sacó lo mejor de todos.
NUESTRAS AUTORIDADES: No quiero que quede dudas: me formalizo en “fan” de nuestro alcalde Sylvester Turner, a quien vengo haciendo seguimiento por la transformación que ha logrado en la ciudad desde que asumió el cargo, y que durante toda la tragedia vimos “al Capitán del Navío”, que había naufragado por la inclemencia del cielo, guiarnos firmemente a salvo con aplomo y claridad hasta aguas más tranquilas. Un país desarrollado tiene como interés primordial su gente. Un país subdesarrollado, tiene como prioridad sus líderes.
Por eso, unidos al liderazgo claro de nuestro Alcalde, no tuvimos que vivir la competencia política de nuestros líderes, sino que al igual que el resto que hacemos vida en este maravilloso Estado, se comprometieron en lograr los resultados necesarios para garantizar la vida de la mayoría.
Fue horrible lo que vivimos por cinco larguísimos días, hoy 30 de agosto cuando escribo esta nota, todavía hay zonas que siguen sufriendo las consecuencias de tanta ira, pero fue maravilloso ver cómo la naturaleza sacó lo mejor de todos para todos, y es eso lo que recordaré por siempre.
Definitivamente: ¡Hay que vivir en positivo y disfrutar los resultados!
Manuel Guzmán-López / Foto: Referencial