La coordinadora en el exterior del partido Vente de Machado, María Teresa Morín (c), habla durante la concentración de venezolanos simpatizantes con la oposición 'Acta mata sentencia' este miércoles, en la ciudad de Doral, Miami (EE.UU.). EFE/ Marlon Pacheco
(EFE).- La comunidad venezolana se volvió a reunir este miércoles en el condado de Miami-Dade para apoyar a los líderes opositores de su país en medio de una movilización en la que comenzó a tomar fuerza el pedido de una orden de captura contra el presidente Nicolás Maduro e incluso una intervención extranjera militar contra el Gobierno chavista.
Concentrados en Doral, una ciudad de gran población venezolana, cientos de manifestantes expresaron de nuevo su apoyo a María Corina Machado y al que consideran su presidente electo, Edmundo González Urrutia.
Buscan “acompañar a nuestros compañeros allá y seguir la presión sobre la comunidad internacional”, según dijeron a EFE algunos.
A pesar de ser un día laboral tras la caída de una lluvia inclemente antes del encuentro nocturno, la diáspora venezolana se reunió con pancartas, banderas y fotos de los más recientes “secuestrados” por el régimen de Nicolás Maduro.
“Estamos aquí haciendo nuestra parte para seguir con la presión para que la comunidad internacional tome medidas para hacer respetar el resultado electoral”, expresó María Teresa Morín, coordinadora en el exterior del partido Vente de Machado.
Los manifestantes pidieron que organismos como la Corte Internacional de Justicia emitan una orden de captura contra Maduro y sus aliados en el Gobierno venezolano.
“Exigimos la misma celeridad que se tuvo en el caso de (Vladímir) Putin y de (Slobodan) Slobodan Milosevic”, agregó la dirigente política.
Los presentes acudieron al llamado de Machado, quien lideró en la mañana una nueva concentración masiva en Caracas y logró encuentros de venezolanos en varias partes del mundo bajo la consigna “Acta mata sentencia”.
El eslogan hace referencia a que las actas de votación, que dieron a González como el ganador de las elecciones presidenciales de hace justamente un mes, pesan más que la contraria sentencia sobre los resultados electorales emitida por la Corte Suprema de Justicia venezolana, controlada por el régimen chavista.
Cubiertos con la bandera tricolor venezolana con siete estrellas -vigente hasta que el chavismo impuso la octava-, camisetas con la frase acuñada por Machado “hasta el final”, y otras consignas e imágenes, así como indumentaria propia de la selección nacional de fútbol, los presentes repitieron su repudio a Maduro y denunciaron la creciente cantidad de presos políticos.
Llevando una foto de Perkins Rocha, el coordinador jurídico y representante del Comando con Venezuela -la organización que aglutina la oposición contra el Consejo Nacional Electoral (CNE)- quien fue detenido ayer-, Morín recordó que “no solo están nuestros amigos presos, también lo están adolescentes, personas con necesidades especiales y mujeres”.
Las caras de otros presos políticos recientes como la activista Rocío San Miguel, Williams Dávila, Humberto Villalobos, Américo de Gracia, Juan Freites, Jorge Alayeto Bigott y más, se fundían con pancartas que exigían el reconocimiento de las actas electorales, verificadas como válidas por muchos países, incluyendo Estados Unidos.
Nace la Organización para la Liberación de Venezuela
En la manifestación de Miami aparecieron por primera vez miembros de un nuevo grupo identificado como la Organización para la Liberación de Venezuela (OLV), formado después de las elecciones y con el objetivo de lograr una intervención militar internacional contra el régimen chavista.
“Nos constituimos cuando vimos lo que hizo el régimen después de las elecciones y lo que sigue haciendo. Prometieron un baño de sangre y lo están logrando”, dijo a EFE Abelardo Achkar, uno de sus dirigentes.
El activista aseguró que “la Doctrina Monroe (estadounidense), que dice América para los americanos, ofrece suficiente fundamento para entrar a Venezuela legalmente”.
Para la OLV, que está en pasos de constituirse legalmente y dice tener ya capítulos en Chile, España y otros países donde hay grandes concentraciones de venezolanos, las acciones de Maduro desde las elecciones ya justificaría una intervención extranjera.
Según cifras de las organizaciones de derechos humanos Foro Penal y Provea, desde el 29 de julio, un día después de las elecciones, han muerto al menos 27 personas.
El régimen, señalan, ha realizado más de 2.400 detenciones arbitrarias y al menos 50 desapariciones forzadas. Entre los presos políticos hay 240 mujeres y 114 menores de edad.