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Uvalde (EE.UU.), 24 may (EFE).- Una vigilia con música, rezos y llamadas a la acción sirvieron este miércoles para cerrar el aniversario de la matanza escolar en la Escuela Primaria Robb de Uvalde, que acabó con la vida de 19 niños y 2 profesoras.
Tras una jornada de luto y homenajes, las familias de los fallecidos se reunieron esta noche en un acto público para homenajear a quienes perdieron la vida hace un año, un suceso que afectó profundamente al municipio de 15.000 habitantes, la mayoría de origen latino.
Aunque el tono principal fue de recuerdo y de oración, fueron varias las voces que pidieron cambios en las leyes de armas y que recordaron la lucha que han llevado a cabo, en este sentido, los padres de los niños fallecidos durante el último año.
Una lucha que por el momento no ha traído resultados pues su principal demanda, la subida de la edad para poder tener armas de asalto de los 18 años a los 21 años, no se ha convertido en ley.
Salvador Ramos, el asaltante, tenía 18 años recién cumplidos y se había comprado por su cumpleaños el rifle automático AR-15 con el que disparó.
En la ceremonia celebrada junto al centro cívico de la localidad de Texas participaron miembros de distintos colectivos, entre ellos dos jóvenes de la organización Newtown Action Alliance, surgida a raíz de otra matanza escolar, la de Sandy Hook de 2012, que dejó un saldo de 26 personas muertas, la mayoría niños de entre seis y siete años.
“Estamos aquí por la conexión que tenemos con lo sucedido”, apuntaron Geneva Whorf y Molly Zatlukal, quienes confesaron estar “tristes y enfadadas” porque sigan produciéndose sucesos así en el país.
“Demasiados miembros del Gobierno y del Congreso han fallado en protegernos. No tenemos que vivir así y vamos a continuar usando nuestras voces para pedir a los políticos que alejen los AR-15 de la vida de los niños”, clamaron.
Tras liberar decenas de mariposas simbolizando a los 21 fallecidos, un grupo de supervivientes inició un encendido masivo de velas. Lo encabezaban los alumnos que estaban en las dos aulas donde Ramos se encerró, las ya famosas 111 y 112.
También su maestro, Arnulfo Reyes, quien hoy comentó a Efe lo molestos que están debido a que la policía tardó en entrar 77 minutos al colegio, antes de abatir al atacante.
“Entiendo que son humanos, entiendo que se asustaran, pero estos niños pequeños no tenían armas ni nada para protegerse y deberían haberlos protegido”, afirmó.
Antes de la vigilia, los familiares llevaron a cabo un paseo por los murales que se pintaron hace unos meses en varias paredes de la localidad, con los retratos de los niños.
Hay varias investigaciones abiertas sobre lo sucedido. Un informe de un comité de la Cámara de Representantes de Texas encontró que hubo “fallos sistémicos” en la respuesta policial.
La fiscalía del distrito está estudiando si se deben presentar cargos contra los oficiales que esperaron durante más de una hora para irrumpir en el salón de clases y neutralizar a Ramos. También hay abierta una investigación del Departamento de Justicia.
El jefe de la Policía Escolar de Uvalde, Pete Arredondo, fue despedido en agosto, y el superintendente de la Junta Escolar de Uvalde, Hal Harrell, renunció, al igual que el jefe interino de Policía de Uvalde, Mariano Pargas.
También están en el aire varias demandas interpuestas por los familiares contra el fabricante del rifle usado en la matanza, la tienda que vendió el arma, la ciudad, el distrito escolar y varios departamentos policiales.