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El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó una orden ejecutiva con la que congela durante 60 días la inmigración al país bajo el pretexto de la destrucción de empleos provocada por la crisis del COVID-19.
La medida tiene como objetivo principal reducir permisos de residencia permanente, conocidos como “green cards”, aunque su eficacia real durante la pandemia es dudosa ya que EE.UU. ha reducido a mínimos sus servicios consulares de visados.
En condiciones normales, esta orden afectaría a unas 26.000 personas cada mes, según datos del Migration Policy Institute, con sede en Washington.
Si Trump extiende la medida más allá de los 60 días inicialmente previstos, el total de inmigrantes que podrían perder el acceso a permisos de residencia permanente son 358.000 al año, según los cálculos de la firma de abogados Bountless.
Con información de EFE…