
Como tengo tiempo sin compartir una receta con ustedes y, como he recibido muchas solicitudes para que compartiera esta receta en mi cuenta de Instagram al publicar la foto, decidí en esta oportunidad compartirla con ustedes, claro, después que La Mía me diera la aprobación, no de compartirla, sino la aprobación del tiramisú de fresas, ya que el clásico es su postre favorito.
Les confieso, por cierto, que cuando me aventuré a preparar este postre para el pasado Día de las Madres, tuve mis momentos de duda y, quién sabe si no, hasta temor de que no le gustara el cambio, ya que, al igual que el chupe de gallina, el tiramisú clásico es algo que, por más de 20 años (quién sabe si no 30), lo preparo como un ritual para celebrar su día, ambos acompañados de abundante sparkling wine… por algo la llamo “La Bubble Girl”.
Cuando pensamos en tiramisú, se nos viene a la mente de inmediato el maravilloso dulce italiano con sabor a café y chocolate, nacido en la región norteña italiana de Véneto, en la ciudad de Treviso en la década de 1960, en el restaurante Le Beccherie, por la dueña de este restaurante familiar, Alba di Pillo Campeol, y su chef pastelero, Roberto Linguanotto. Un clásico, si no el más clásico, de los postres italianos, que, por cierto, cada vez que estamos en Italia, La Mía probará siempre que nos sentemos a la mesa, para compararlo con el que yo preparo, receta prestada de nuestra querida amiguita Malena, quien a su vez la heredó de su suegra… italiana, claro, y para La Mía, no hay otro mejor. Yo estoy de acuerdo.
Así que, en esta oportunidad, les quiero dejar mi receta de este tiramisú de fresas que me tiene enganchado y, como les conté, preparé para el pasado Día de las Madres y que tuvo una muy buena aceptación entre nuestros invitados. A La Mía, al igual que a mí, nos encantó y, lo que es mejor, lo aceptó como una opción para las venideras celebraciones del Día de las Madres. Todo un éxito. El chupe de gallina seguirá, por ahora, igual en el menú.
¡Que lo disfruten!
Ingredientes:
- 26 bizcochos de soletilla (Ladyfingers) (un paquete doble)
- 300 g de queso mascarpone (a temperatura ambiente)
- 500 ml de nata para montar (bien fría, crema para batir)
- 120 g de azúcar glas (impalpable; azúcar blanca normal también funciona)
- 700 g de fresas frescas (reserva dos o tres para la decoración)
- 100 g de azúcar
- 15 ml de zumo de limón (medio limón jugoso)
- 100 ml de Cointreau (o Grand Marnier, también funciona)
- 2 cucharadas soperas de agua
- Fresas deshidratadas y trituradas o en polvo rojo (para decorar)
- Hojas de menta fresca (para decorar, aunque yo me las como)
Paso a paso:
- Preparar las fresas:
Lava y seca bien las fresas. Retira las hojas y córtalas en dados pequeños. Colócalas en un bol con 100 g de azúcar y el zumo de limón. Mezcla bien, tapa y deja macerar durante unos 45 minutos en el refrigerador. - Separar el sirope:
Cuela las fresas con un colador de malla para separar el jugo (sirope). Reserva las fresas por un lado y el sirope por otro. - Preparar el líquido para remojar:
Mezcla el sirope de fresas con el licor de tu preferencia y el agua. Esta será la mezcla para humedecer los bizcochos. - Hacer el puré de fresas:
Tritura la mitad de las fresas hasta obtener un puré fino y reserva junto con la otra mitad de las fresas, finamente picadas. - Preparar la crema:
Bate el mascarpone con el azúcar glasé y luego agrega el puré de fresas hasta que quede una crema suave y untuosa. Incorpora cuidadosamente, con movimientos envolventes, la nata previamente montada (batida a punto firme), agregándola poco a poco. - Montaje del tiramisú:
En un molde transparente o en copas individuales, coloca una capa de bizcochos humedecidos en el sirope con licor y agua. Cubre con una capa de crema, esparce la otra mitad de las fresas picadas sobre la crema y repite el proceso con otra capa de bizcochos humedecidos y crema. - Decoración:
Decora con fresas frescas, hojas de menta y espolvorear con polvo de fresas liofilizadas. Refrigera durante al menos 4 horas antes de servir.
Tips:
- Dependiendo de las fresas, si no están muy rojas y maduras, puedes agregar una gota de colorante rojo para tortas, de manera que la crema quede con un color más atractivo (rosado).
- Yo uso un plato hondo con el fondo plano para humedecer las galletas, colocándolas una a una por un lado sobre el sirope y dándoles la vuelta para que queden impregnadas por ambas caras. No deben empaparse mucho, ya que las galletas, por ser tan porosas y en contacto con la crema, se convertirán en una pasta.
- Cuando agrego la capa de mascarpone, evito cubrir los bordes de las galletas con el vidrio para que se vea más bonito (como en la foto).
- Te recomiendo comerlo ese día o al día siguiente. Después de tres días, las galletas estarán disueltas y no aportarán la magia que buscas.
Los invito a que se animen y lo preparen. Es, además de muy fácil, un postre bello, refrescante y no muy dulce, ya que soy de los que piensan que un buen postre debe ser suficientemente dulce para ser postre, pero no tanto como una golosina.
Datos interesantes:
- En 2010, la región del Véneto registró el tiramisú como patrimonio gastronómico regional.
- Por si te lo has preguntado, la palabra tiramisú proviene del dialecto véneto y literalmente significa “levántame”, haciendo referencia al efecto estimulante que el café y el cacao brindan al probarlo. ¡Estimulante, definitivamente lo es!
¿A quién se lo van a preparar? Cuéntenme.
¡Recuerden, vivan la experiencia en positivo y disfruten los resultados!
Manuel E. Guzmán-López
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