El tifón Mangkhut, el más violento del año, ha causado a su paso al menos ocho muertos el sábado en Filipinas donde golpeó el norte del país con fuertes vientos y lluvias torrenciales, un muerto en Taiwán, y obligó a decenas de miles de personas a abandonar sus casas.
El número de personas muertas “debe aumentar a medida que pasen las horas”, afirmó Ricardo Jalad, jefe de la oficina nacional de Defensa Civil. El anterior balance era de cuatro muertos.
Mangkhut, el tifón más violento de los que han afectado al país en lo que va de año, tocó tierra a las 01:40 a.m. hora local, según el servicio nacional de meteorología Pagasa.
Los ocho muertos registrados hasta ahora en Filipinas son seis víctimas de deslizamientos de terreno, una joven ahogada y un agente de seguridad fallecido al caerle un muro.
“Las lluvias van a ser fuertes y el viento no será ninguna broma”, había explicado a la AFP Michael Conag, portavoz de defensa civil local. “Puede haber olas equivalentes a un edificio de cuatro pisos, y muchas casas pueden quedar destruidas, sobre todo las construcciones más frágiles, que son las más frecuentes en estas zonas costeras”, explicó.
Los vientos que acompañan el tifón fueron perdiendo intensidad a medida que cruzaban el territorio filipino hacia el oeste, y sus vientos eran de unos 185 km/h.
Al menos cuatro millones de personas estaban en la trayectoria directa de Mangkhut, que luego se dirigirá hacia el sur de China, incluido el territorio semiautónomo de Hong Kong. Las autoridades filipinas habían subido el nivel de alerta a cuatro, el máximo en la escala de tifones en ese país.
Los habitantes de Luzón, la mayor isla de Filipinas, donde viven millones de personas, cubrieron sus ventanas y reforzaron sus tejados.
Y los campesinos del norte del archipiélago, que produce gran parte del maíz y el arroz en Filipinas, se apresuraron a recoger sus cosechas por temor a que quedaran inundadas.
Las autoridades “dicen que este tifón es dos veces más fuerte que el anterior, estamos asustados”, cuenta Myrna Parallag, que huyó de su casa en el norte del archipiélago.
Esa habitante de 53 años ya vio cómo un tifón inundaba su casa en el 2016. “Aprendimos la lección de la última vez. El agua llegó hasta el techo”, recordó.
Fuente: EV Houston Newspaper / AFP / Agencia