
DOUGLAS CHEMALY.- El “outsourcing”, conocido en la lengua de Cervantes como “tercerización de servicios”, se ha convertido en años recientes en una solución viable, eficiente, y de costo razonable para todo tipo de organización (ejemplo: manufactura, sector energético (petróleo y gas), banca y finanzas, seguros, retailing, gobierno/sector militar, entre otros).
El outsourcing está cobrando cada vez mas popularidad entre la alta gerencia de la América corporativa (tanto en empresas cotizantes en la bolsa de valores, como en empresas manejadas de forma privada), ya que los altos directivos empresariales consideran que así pueden focalizar sus esfuerzos mayormente en los procesos críticos de negocio que generan los ingresos que sustentan el negocio. Empresas fabricantes de productos tipo commodities desean mayormente focalizar sus esfuerzos en las líneas productivas del piso de manufactura en vez de tener que enfrentar procesos secundarios (ejemplo: la contabilidad, los procesos de recursos humanos, o la nómina empresarial). Otros procesos que son generalmente “tercerizados” son los escritorios de ayuda, administración de beneficios laborales)
Durante varios años en mi rol de consultor de negocios he visto empresas “deshacerse” de procesos secundarios, que si bien son importantes para las operaciones del negocio, no son considerados vitales para el éxito financiero de la empresa. Tal como se indicó anteriormente, uno de los procesos que se ha venido “tercerizando” en un gran número de empresas de los Estados Unidos (y de muchos otros países) es el de las nóminas organizacionales.
Empresas de outsourcing de nóminas en los Estados Unidos han venido ofreciendo durante años un servicio confiable, eficiente, y a costos razonables. Como ejemplos de empresas proveedoras de estos servicios están Automatic Data Processing, Inc. (mejor conocida como ADP) (NASDAQ:ADP), y Paychex (NASDAQ:PAYX). Existen muchas otras alternativas para este tipo de servicio. Personalmente he trabajado con ambas, y siempre mi experiencia ha sido altamente satisfactoria. Por el contrario, procesos de manufactura, en los que pudieran emplearse métodos o algoritmos propietarios, propiedad intelectual o patentes, para la fabricación o modelaje de un determinado producto, son por lo general celosamente protegidos por la organización y nunca “tercerizados”. La decisión de adquirir servicios de outsourcing para procesos no críticos, como el de la nómina, ha permitido a dichas empresas focalizarse en los procesos generadores de ingreso, de egresos y de tesorería, al mismo tiempo que se focalizan y se refuerzan los procesos críticos.
Por lo general estas organizaciones se someten a los rigores del Statement on Standards for Attestation Engagements No. 18, o simplemente el SSAE 18 (también denominado SOC 1). Este tipo de auditoría revela potenciales deficiencias en el control interno de la empresa de outsourcing, tales como políticas y procedimientos contables, o sistemas computacionales que procesan los datos que se ven reflejados en los estados financieros. Existen dos tipos de SSAE 18: Tipo I y Tipo II.
El primero se refiere a un reporte de auditoría que contiene elementos de control interno y resultados de pruebas del diseño de los controles. El segundo es el reporte que contiene tanto elementos que revelan la eficiencia del diseño de los controles de negocio, como la eficiencia operativa de dichos controles. Los reportes SSAE 18 / SOC 1 contienen igualmente los principales controles de negocio y de informática ejercidos por sub-organizaciones prestadoras de servicio a las agencias de outsourcing.
“Outsource o No Outsource”: la decisión está en manos de la Alta Gerencia.