(EFE).- Suramérica acumuló en los primeros nueve meses de este año 409.099 incendios forestales, número en un 86,9 % superior al registrado entre enero y septiembre de 2023 y el mayor para el período en los últimos 14 años, informó este martes el Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales (INPE).
De acuerdo con el INPE, que utiliza imágenes de satélite para contabilizar el número de focos de calor en toda Suramérica, la región no sufría un número tan elevado de incendios en el período enero-septiembre desde 2010, cuando registró 413.751.
Los incendios acumulados hasta septiembre de este año ya superan los anuales de los últimos tres años en Suramérica (325.334 en todo 2021, 362.918 en 2022 y 344.391 en 2023), según el organismo estatal brasileño.
Tan solo en septiembre Suramérica registró 139.943 incendios forestales, un poco más del doble que los contabilizados en el mismo mes del año pasado (68.969) y un número en un 22,4 % superior al de agosto (114.298).
Los incendios de septiembre igualmente fueron los mayores para este mes en Suramérica en los últimos 14 años, tan solo superados por los 151.929 contabilizados en septiembre de 2010.
Brasil es el país con mayor número de incendios en toda Suramérica en lo que va del año, con 210.208 focos, el 51,4 % del total, seguido por Bolivia, con 76.717 (18,7 %), y Venezuela, con 39.250 (9,6 %).
Enseguida se ubican Argentina con 27.420 focos de calor (6,7 %), Paraguay con 19.844 (4,9 %), Colombia con 14.842 (3,6 %) y Perú con 13.399 (3,3 %).
Entre los países con menos incendios en lo que va de 2024 destacan Chile, con 2.429, Ecuador, con 1.378, y Uruguay, con 228.
Suramérica tenía este lunes 2.762 incendios forestales activos y la situación más preocupante era la de Brasil, con 966 focos (34,9 % del total); Bolivia, con 956 (34,6 %), y Argentina, con 659 (23,6 %).
Los incendios se han multiplicado tanto en la Amazonía como en el Pantanal y en la sabana brasileña (Cerrado), y el humo procedente de los mismos ha afectado la calidad del aire en un extenso territorio que va desde el norte de Brasil hasta el centro de Argentina, y obligado a suspender vuelos en varias ciudades.
La intensa sequía de este año en la Amazonía, con el caudal de varios importantes ríos en niveles mínimos, ha favorecido el avance del fuego, aunque el Gobierno brasileño asegura que muchos de los incendios fueron causados por la acción humana.