El Tribunal Supremo estadounidense derribó una ley que minimizaba el acceso al aborto en Luisiana, duro golpe a la campaña de múltiples estados conservadores de Estados Unidos.
La decisión fue la primera relacionada con el aborto en el Supremo desde que se sumaron a la corte dos jueces conservadores que el presidente estadounidense, Donald Trump, seleccionó en buena parte debido a su oposición a ese derecho reproductivo, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.
Aunque ambos votaron a favor de la ley de Luisiana, se quedaron en minoría porque el presidente del Supremo, el magistrado de tendencia conservadora John Roberts, se sumó a los cuatro jueces progresistas para declarar inválida esa legislación.
“La ley 620 viola la Constitución”, proclamó el magistrado progresista Stephen Breyer en el fallo, adoptado por una estrecha mayoría de cinco votos a favor y cuatro en contra.
Con este veredicto, las clínicas de Luisiana pueden seguir abiertas para dar servicio al millón de mujeres en edad reproductiva en el estado, según afirmó en un comunicado la presidenta del Centro para los Derechos Reproductivos (CRR), Nancy Northup, que defendió a uno de los centros médicos del estado en el litigio.
Con información de EFE…