Haití vivió durante el fin de semana las protestas más multitudinarias en años, convocadas por la oposición para exigir la renuncia del presidente, Jovenel Moise.
En la capital haitiana, Puerto Príncipe, ocurrieron saqueos e incendios de edificios, entre esos una comisaría de Policía en la barriada de Cité Soleil, de donde huyeron los agentes antes que irrumpiera una turba violenta.
Desde la madrugada, los activistas cerraron principales avenidas y carreteras de la capital con barricadas, piedras, verjas y neumáticos ardiendo, para exigir la renuncia de Moise, a quien le atribuyen la crisis económica que vive el país.
“Jovenel Moise debe irse. Él ya no es nuestro presidente. No puede proporcionar soluciones a nuestros problemas”, dijo Judelin Pierre, un manifestante cerca de una barricada en el centro de Puerto Príncipe al comienzo de la jornada de protestas.
La principal manifestación congregó a miles de personas que marcharon armados con palos, ramas de árbol, piedras y algunos con machetes por la carretera de Delmas, en dirección al barrio acomodado de Pétion-Ville, en el sureste de la capital, donde se encuentra la residencia del presidente Moise.