
Foto: EFE/Toni Galán/Archivo
Un estudio publicado este miércoles por la revista “BMJ Open”, señaló que pacientes de COVID-19 deberán someterse a una nueva prueba diagnóstica del virus al menos cuatro semanas después de la aparición de los primeros síntomas, a fin de confirmar que ha desaparecido y minimizar así el contagio.
Los autores advierten que según su análisis, el SARS-CoV-2 tarda una media de 30 días en desaparecer del cuerpo tras el primer test positivo y 36 después de la aparición de los primeros síntomas, mientras que aún se desconoce hasta qué punto una persona es infecciosa durante la convalecencia.
Alertan además que “es relativamente alta” la tasa de “falsos negativos” obtenidos en las pruebas realizadas durante las primeras fases de recuperación del paciente.
En ese mismo sentido, los investigadores subrayan que es importante realizar nuevas pruebas pasado ese periodo de al menos cuatro semanas para minimizar el riesgo de propagación del coronavirus.
Señalan que una vez establecido cuánto tarda el virus en desaparecer del cuerpo humano, podría tener que modificarse el periodo de aislamiento recomendado para personas con o sin síntomas, actualmente fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en catorce días.
Para llegar a su conclusiones, el equipo analizó la evolución de 4.480 residentes de Reggio Emilia -una de las zonas de Italia más afectadas por la pandemia- que dieron positivo del COVID entre el 26 de febrero y el 22 de abril de 2020.
Del grupo, 428 personas murieron y 1.259 fueron consideradas libres del virus en el momento en que se hizo el estudio; el tiempo medio para registrar una ausencia del virus tras el primer positivo fue de 31 días.
Con información de EFE…