
Foto: Pixabay
La deportación es una de las situaciones más temidas y nefastas en la vida de un inmigrante en los EE. UU. cuando no se es ciudadano americano. Todo aquel que no sea ciudadano de los EE. UU. es susceptible a enfrentar un proceso de deportación. Inclusive un residente permanente puede ser deportado por haber incurrido en algún causal de deportabilidad o inadmisibilidad luego de haber recibido su condición de residente.
Hay muchas situaciones inmigratorias que pueden temporalmente proteger a un extranjero de ser deportado, tales como quienes hayan recibido acción diferida-DACA (“niños soñadores”), aplicantes de asilo, retención de deportación, protección bajo la convención en contra de la tortura, salida forzosa diferida (DED), y estatus de protección temporal (TPS) entre los más relevantes. Sin embargo, ninguna de estas situaciones puede legalmente impedir el “ser colocado” en proceso de deportación.
Muchos venezolanos aplicantes de asilo han llegado a los EE. UU. inicialmente con una visa de turista cuya estadía (I-94) ha vencido en algún punto antes o después de haber interpuesto su aplicación de asilo. Legalmente hablando, dicha aplicación de asilo afirmativa (realizada con el USCIS), le proporciona al individuo cierta protección de que no podrá ser deportado hasta tanto el gobierno le conceda una oportunidad justa de defender sus alegatos de persecución. Sin embargo, esto puede ocurrir tanto en el contexto afirmativo (frente a u oficial del USCIS) o en el marco de un proceso defensivo para quienes enfrentan un proceso de deportación (frente a un Juez de inmigración).
Aquellos que ventilan sus casos de manera afirmativa (frente al USCIS) y que ya tienen el permiso de entrada (I-94) vencido, son perfectamente colocables en proceso de deportación por el simple hecho de no tener estatus legal. Ya hemos aclarado en el pasado que un asilo pendiente “NO” proporciona un estatus legal. Si un aplicante de asilo comete un delito, puede ser colocado en proceso de deportación a pesar de tener un asilo pendiente. Lo mismo puede ocurrir con quien realiza cualquier aplicación de estatus con USCIS. Si dicha aplicación deja al individuo sin amparo de estatus, subsiguiente a la negación, la persona puede ser colocada en proceso de deportación a pesar de tener un asilo afirmativo pendiente.
En ese marco de ideas quiero referirme a la importancia que puede tener una aplicación correcta de TPS para quienes ya no poseen un estatus legal (por tener la I-94 vencida). Aunque tengan una aplicación de asilo pendiente, en la eventualidad de una negación de la aplicación de TPS, la persona será colocada en proceso de deportación en donde podrá pelear tanto su elegibilidad para el TPS frente al juez, como su aplicación de asilo.
Una aplicación de TPS podría parecer algo sencillo en un principio, ya que muchos podrán pensar que se trata solo de llenar un par de planillas siguiendo unas instrucciones. Sin embargo, la realidad es que es algo mucho más complejo que eso, ya que las leyes que regulan al TPS se entrelazan con las circunstancias inmigratorias de cada persona, el cual podrían arrojar diferentes resultados.
Un TPS mal aplicado, no documentado adecuadamente, o presentado por alguien que no califica por haber residido en un tercer país, puede ser negado. Una vez negado, la persona será colocada en proceso de deportación sin importar que tenga un asilo pendiente. De allí la importancia de asesorarse adecuadamente con un abogado licenciado en los EE. UU. y no con llenadores de planillas y paralegales que no conocen la ley y no están autorizados a proveer consejos legales. El TPS es una oportunidad maravillosa por el que tantos venezolanos hemos luchado durante años. No perdamos esta excelente oportunidad de conquistar nuestro sueño americano.
Para consultas individuales de elegibilidad al TPS, debe escribirnos al email [email protected].