El papa Francisco afirmó que teme por un posible derramamiento de sangre en Venezuela, razón por la cual ofreció su ayuda si ambas partes lo solicitan.
Estas declaraciones las dio tras su regreso de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Panamá, donde aprovechó igualmente para pedir una solución justa y pacífica para superar la crisis venezolana, respetando los Derechos Humanos y deseando el bien de todos los habitantes del país.
El papa aseguró apoyar al pueblo venezolano que esta sufriendo, sin embargo, explicó que ponerse de parte de un lado del país o de otro es una imprudencia pastoral, ya que estaría asumiendo roles que no le corresponden.