Trabajadores del puerto marítimo de Nueva Jersey, miembros del sindicato International Longshoremens Association (ILA), durante su huelga en el puerto de Nueva York y Nueva Jersey (EE.UU.). EFE/Ángel Colmenares
(EFE).- Los estibadores de la costa este de Estados Unidos y del golfo de México, representados por el sindicato International Longshoremen’s Association (ILA), alcanzaron un acuerdo preliminar con la patronal de navieros USMX que da por terminada su huelga.
La ILA informó en un comunicado que se han llegado “a un acuerdo tentativo sobre salarios y han acordado extender el Contrato Maestro hasta el 15 de enero de 2025”.
“Con vigencia inmediata, cesarán todas las acciones laborales actuales y se reanudará todo el trabajo cubierto por el Contrato Maestro”, agregó el sindicato.
El diario The New York Times precisó que los trabajadores lograron un aumento salarial del 62 %, por debajo del incremento del 77 % que reivindicaban para los próximos seis años, pero superior al del 50 % que les había ofrecido la organización en un primer momento.
Alrededor de 45.000 estibadores miembros del sindicato ILA se declararon en huelga el martes para forzar a la patronal a alcanzar un acuerdo.
Por primera vez desde 1977, Estados Unidos se enfrentó a un parón de sus puertos que afectó a 36 terminales estratégicas como las de Elizabeth/Newark, Baltimore, Savannah, Houston, Nueva Orleans o Miami, por donde pasa entre el 43 y 49 % del comercio marítimo del país.
La compañía financiera JP Morgan había estimado que cada día de huelga podría generar pérdidas de unos 5.000 millones de dólares. Solo el cierre del puerto de Houston, el más importante del golfo de México, podría provocar pérdidas diarias de 100 millones en importaciones y exportaciones, según datos de la Corporación Mitre, un centro de pensamiento con sede en Virginia.
El Gobierno estadounidense había descartado que el parón fuera a tener un efecto inmediato en la economía o en los precios, pero los sectores de bienes de consumo, automoción, energía y productos agrícolas podrían haber sido los más afectados en caso de que este se alargara.
El presidente estadounidense, Joe Biden, había dicho que no pensaba echar mano de las provisiones de la ley Taft-Hartley, que le permitiría forzar la vuelta al trabajo por 80 días por intereses de seguridad nacional, pero esta semana se posicionó en favor de los estibadores e instó a la patronal a mejorar sus condiciones.