La reserva extractivista más grande de Brasil conocida como Verde Para Sempre, donde muchos viven de la explotación sostenible de la naturaleza se encuentra en peligro por latifundistas que buscan cambiar el régimen legal bajo el cual funciona.
La reserva está formada por 37 comunidades con unas 13.000 personas. Delimitada por dos de los ríos más importantes del norte de Brasil, el Xingú y el Amazonas, está dividida en dos partes: la enfocada en la producción maderera, la extracción de frutas y de la castaña; y el campo abierto, donde se crían búfalos, cerdos y pescado.
Ganaderos y madereros buscan recuperar las tierras que ocuparon ilegalmente desde 1940 hasta 2004, año en que fueron expulsados tras la firma de un decreto de creación de este territorio. El reclamo de los grandes productores tomó fuerza amparado en el discurso del presidente brasileño, Jair Bolsonaro contra las áreas protegidas.
Recordemos que durante febrero, Bolsonaro presentó ante el Parlamento un proyecto de ley que aun esta por ser aprobado. El mismo permitiría la explotación de recursos en áreas protegidas. Minería, extracción de petróleo y gas, construcción de centrales hidroeléctricas, tierras para la agricultura y ganadería y extractivismo forestal.
Con información de El País / Andrea González…