Un hombre sirve una cerveza artesanal en Caracas (Venezuela). EFE/ Rayner Peña R.
Caracas, 6 may (EFE).- José Luis Ortuño comenzó, hace seis años en la cocina de su casa, un proyecto que hoy está materializado en un local en Caracas llamado Cheers Factory, donde, junto con su socio, Fritz Wagner, produce y vende cerveza artesanal, con la aspiración de que esta bebida se convierta “en parte de la cultura del venezolano”.
En su pequeña fábrica ubicada al lado del establecimiento, donde reciben a los interesados en conocer el proceso de preparación, elaboran cinco tipos diferentes de cerveza con los que buscan conquistar el paladar del público venezolano, acostumbrado a “cervezas suaves” con un “bajo contenido de alcohol”.
“Nosotros, como cervecería, nos diferenciamos de las otras en el sentido de que, a pesar de que somos cervezas artesanales y buscamos la manera de ofrecer algo nuevo, algo diferente, siempre afinamos todos nuestros estilos a lo que es el paladar venezolano”, explicó Ortuño, de 30 años, a EFE.
El objetivo, prosiguió, es ofrecer al cliente una bebida que sea “una introducción a este mundo de las cervezas artesanales”, sin dejar de lado lo que le gusta al venezolano: “mucha cantidad” en un “período corto de tiempo”.
Para “introducir al público que no está acostumbrado” a esta bebida, recomiendan a aquellos que acuden al local comenzar con una “Honey Blonde”, una cerveza “rubia” caracterizada por ser “bastante suave” y, al mismo tiempo, “muy compleja”, con “miel, jengibre (y) concha de naranja”.
Entretanto, para los paladares conocedores, está la IPA, con un color intenso, un “amargor fuerte y predominante” y “mucho aroma”. De las cinco, es “la que más se vende”, algo que, a su juicio, está relacionado con “ese crecimiento que está teniendo el tema de la cerveza artesanal” en el país.
UN SECTOR EN DESARROLLO
El crecimiento de Cheers Factory “ha sido, en estos seis años, lento pero bastante constante”, afirmó el cofundador de esta marca, que también produce vinos, hidromiel, kombucha y, próximamente, alimentos fermentados, productos que venden en el local, por redes sociales y a través de “socios comerciales”, bodegones y restaurantes.
Ortuño forma parte de un sector que, en las últimas dos décadas, “ha ido tomando un auge” que -indicó- se ha “acelerado muchísimo” en “los últimos tres (o) cuatro años”.
“Cada vez conozco muchas más marcas de cervezas artesanales (…) y, aun así, estoy convencido de que no somos competencia en ningún sentido. El gremio es, hablando en líneas generales, muy agradecido, muy compañero, muy noble el uno con el otro”, expresó el cervecero artesanal, cuyo día se celebra en el mundo el primer sábado de mayo.
Para Cheers Factory, ambos productores tienen “un plan de crecimiento y expansión bastante ambicioso”, con el que -agregó- buscan que la cerveza artesanal “se convierta ya en parte de la cultura del venezolano”.
“Eso es lo que nosotros queremos, masificar”, afirmó.
El presidente de la empresa Cervecería Tovar, Kilian De Fries, dijo a EFE que hay un “movimiento artesanal importante” en el mercado venezolano, donde hace “unos 20 años no había ninguna cerveza artesanal” y “poco a poco ha habido más”, además de que “se ha construido cultura”.
UN ENTORNO NO TAN FAVORABLE
Sin embargo, De Fries aseguró que el sector está “bastante afectado” por la importación de marcas internacionales con un “muy bajo arancel”, con las que los productos locales “tienen dificultad de competir”, lo que “desincentiva” la actividad.
“Los productos importados deberían tener, igual que en otros países, unos aranceles de entrada que permitan que los productos que son fabricados nacionalmente tengan cabida”, dijo.
Señaló que los cerveceros artesanales tampoco tienen una legislación que los proteja, y son regulados por una ley “muy restrictiva” para ellos enfocada, principalmente, en los grandes empresarios.
Actualmente, está en discusión por parte de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) “una ley que va, en principio, a estimular el desarrollo de los artesanales”, quienes han participado en algunos encuentros, donde han manifestado “las problemáticas del sector” a fin de “buscar salida a esos problemas”.
De Fries, con 24 años en el mercado, está convencido de que las condiciones van a mejorar y el sector venezolano se sumará a ese movimiento “espectacular” que hay en el mundo.
Mientras tanto, agregó, seguirán trabajando para “culturizar, sorbo a sorbo”, al venezolano, presentándose como una “opción importante” y “diferente”.
Carlos Seijas Meneses