
Foto: Chris Kleponis / POOL / EFE
Este miércoles por la madrugada la Casa Blanca y el Senado llegaron finalmente a un importante acuerdo para la economía estadounidense en medio de la pandemia del COVID-19. El encargado en dar a la noticia fue el director de asuntos legislativos de la Casa Blanca, Eric Ueland, antes de la 1:00 a.m. de este miércoles. Solo dijo “tenemos un acuerdo”
“Señoras y señores, hemos terminado. Tenemos un acuerdo”, dijo Ueland sin dar más detalles. Sin embargo, han escapado detalles como la reserva de US$ 250.000 millones para pagos directos a individuos y familias, US$ 350.000 millones en préstamos para pequeñas empresas, US$ 250.000 millones en beneficios de seguro de desempleo y US$ 500.000 millones en préstamos para empresas en dificultades.
El paquete, si es aprobado en el Congreso, sería la acción legislativa más importante tomada para abordar la crisis de coronavirus que se intensifica rápidamente, abruma a los hospitales y frena gran parte de la economía.
El plan brindará una infusión masiva de ayuda financiera en una economía en dificultades, muy afectada por la pérdida de empleos, con disposiciones para ayudar a los trabajadores y familias estadounidenses afectados, así como a las pequeñas empresas y las principales industrias, incluidas las aerolíneas.
Larry Kudlow, el principal asesor económico del presidente Donald Trump, calificó el paquete como “el programa de asistencia al ciudadano promedio más grande en la historia de Estados Unidos”, el martes en una sesión informativa de la Casa Blanca.
“Esta legislación se necesita con urgencia para impulsar la economía, proporcionar inyecciones de efectivo y liquidez y estabilizar los mercados financieros para superar un período difícil y desafiante en la economía que nos enfrenta en este momento”, dijo Kudlow.
Según el plan que se estaba negociando, las personas que ganan US$ 75.000 en ingresos brutos ajustados o menos obtendrían pagos directos de US$ 1.200 cada uno, mientras que parejas casadas que ganan hasta US$ 150.000 recibirán US$ 2.400, y US$ 500 adicionales por cada hijo. El pago se reduciría según los ingresos, reduciéndose por completo en ingresos de US$ 99.000 para solteros y de US$ 198.000 para parejas sin hijos.