
Foto: Eduardo Caicedo
Eduardo Caicedo.- Con una ambición aún mayor que su predecesora, cautiva a los espectadores con su espectáculo visual y narrativa envolvente. Denis Villeneuve nos transporta en un viaje épico, continuando la historia de Paul Atreides en su búsqueda de cumplir su destino como el Kwisatz Haderach. Villeneuve, al emprender la demandante tarea de adaptar la novela de Frank Herbert, decidió dividir la obra literaria en dos películas.
Con la primera entrega convenció a muchos escépticos que veían muy complicado reinterpretar en imágenes de forma convincente la visión de Herbert en su obra original. El resultado fue sobresaliente y abonó el terreno para la secuela que le permite finalizar el relato y sumergir al espectador en las majestuosas dunas de Arrakis. “Dune: Part Two” presenta una estética visual única, con una paleta de colores vibrante y texturas que deleitan los sentidos.
Las secuencias de acción son memorables, mientras que las escenas más contemplativas son verdaderamente deslumbrantes, propias de un gran ejercicio audiovisual. Al guion, escrito a tres manos por Villeneuve y Jon Spaihts, quienes ya habían colaborado en la primera parte, se les unió Craig Mazin, conocido por su trabajo en las series de HBO Chernobyl y The Last of Us. Logran un equilibrio entre la fidelidad a la novela y la creación de una experiencia cinematográfica original. La adaptación expande el universo de “Dune” con nuevas subtramas y personajes que enriquecen la historia.
El ritmo, aunque pausado, permite que el espectador se sumerja en la complejidad del relato y explore las diversas capas narrativas que ofrece la película. La figura mesiánica de Paul Atreides se torna compleja. Liderando la rebelión Fremen contra el imperio, enfrenta desafíos políticos, religiosos y bélicos. Debe mantener la unidad entre los Fremen, gestionar alianzas y tomar decisiones estratégicas. Su liderazgo se ve a prueba, con el riesgo de caer en la tiranía. Sus poderes proféticos despiertan el fanatismo religioso y debe evitar ser utilizado como herramienta de control.
La guerra a gran escala contra los Harkonnens y el imperio lo obliga a tomar decisiones difíciles sobre la violencia y la estrategia militar. La figura de Paul Atreides se enfrenta a las realidades del poder, la guerra y la religión. Timothée Chalamet eleva su actuación a un nuevo nivel, transmitiendo la intensidad y la complejidad del viaje de Paul Atreides. Zendaya retoma su papel como Chani, con una presencia más prominente en la trama, al ser un personaje crucial para la historia. Rebecca Ferguson continúa impecable como Lady Jessica, mostrando la tenacidad y la sabiduría de su personaje.
Austin Butler aporta una energía oscura y amenazante a Feyd-Rautha, mientras que Florence Pugh ofrece una interpretación llena de sobriedad y misterio como la Princesa Irulan, generando expectativas para una posible tercera entrega. El eterno Christopher Walken y Léa Seydoux completan el elenco con sus característicos estilos, dando vida al Emperador Shaddam IV y Lady Margot Fenring, respectivamente.
Dave Bautista se une al elenco como Glossu Rabban, un brutal y sádico antagonista, mientras que Javier Bardem interpreta a Stilgar, un líder Fremen de gran sabiduría y ferocidad, y Josh Brolin como Gurney Halleck, el leal guerrero de la Casa Atreides. En la primera película, Hans Zimmer creó una banda sonora única que combinaba elementos electrónicos con orquesta tradicional, creando una atmósfera épica y a la vez íntima que le valió a Zimmer un Oscar a la mejor banda sonora original, de los 6 en total que recibió el filme y regresa para “Dune: Part Two”, expandiendo este maravilloso universo sonoro y profundizando en los temas ya compuestos.
La continuidad en puestos clave es crucial para mantener la coherencia visual y narrativa en una franquicia, para esta secuela repiten sus roles premiados por la Academia en la primera parte: Greig Fraser como director de fotografía, al igual que Joe Walker en montaje y Patrice Vermette en diseño de producción. Algo fundamental para garantizar el éxito continuo de la saga. La experiencia en una sala IMAX ofrece un valor agregado, pero de cualquier manera, “Dune 2: Part Two” es un filme poderoso, de gran espectáculo visual- sonoro y profundamente envolvente, que se recomienda sin reparo y resonará con fuerza en la próxima temporada de premios al ser una obra que logra conciliar la taquilla con la crítica, algo no muy usual en el cine.