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Robert Roberson, quién fue condenado por matar a su hija de dos años hace más de dos décadas, podría ser ejecutado este jueves en Texas.
Según detalló el medio The Guardian, Roberson, de 57 años, llevó a su hija Nikki Curtis al hospital de Palestine (Texas) el 31 de enero de 2002. Dijo a los médicos que la niña tenía fiebre y se había caído de la cama.
Documentos judiciales citados por Time, detallaron que la niña no respiraba y tenía la piel azul, y además fue trasladada de urgencia a otro hospital de Dallas (Texas). La declararon muerta y los médicos sospecharon que había sufrido abusos, al comprobar que sus lesiones coincidían con los síntomas del síndrome del bebé sacudido.
Este síndrome es una afección en la que un bebé o un niño pequeño es sacudido repetidamente, lo que provoca que su cerebro golpee el interior de su cráneo. Los médicos observaron que Roberson no tenía emociones, lo que avivó aún más las sospechas de maltrato, y el 1 de febrero de 2002 las autoridades lo acusaron de asesinato capital.
Los expertos en salud reconocen que el síndrome del niño sacudido es una enfermedad real. Sin embargo, la Asociación Americana de Pediatría afirmó en 2020 que había sido «malinterpretado» por las autoridades jurídicas y sanitarias. Los tribunales civiles y militares estadounidenses han exonerado al menos a 30 personas en casos de síndrome del bebé sacudido desde 1992, informó la CNN.
Los abogados de Roberson sostienen que su caso es una de las condenas erróneas relacionadas con alegaciones cuestionables sobre el síndrome del bebé sacudido. Insisten en que su hija murió de una neumonía doble que derivó en sepsis.
Asimismo, afirman que su grave estado de salud empeoró aún más cuando se le administró una medicación que actualmente se considera inadecuada para los niños. Sostienen que la determinación inmediata del personal del hospital sobre el síndrome del bebé sacudido -que se basó en la inflamación y hemorragia cerebrales, así como en los hematomas- constituyó un diagnóstico erróneo.
El comportamiento sin emociones de Roberson no era un signo de culpabilidad, sino que se debía a su autismo, que no fue diagnosticado hasta 2018, dijeron también sus defensores. Él insistió en su inocencia en una entrevista con la CNN.
«No fue un crimen cometido», dijo Roberson. «Fui condenado falsamente, erróneamente, por un delito – dijeron que era un delito, pero no era ningún delito y todo eso porque tenía una niña enferma, ¿sabes? ».
Con información de The Guardian / Traducción: EVH…