General Motors anunció el cierre de cinco plantas de ensamblaje de transmisiones y de automóviles en Norteamérica y el despido de casi 14,700 de sus empleados.
Dicho cierre corresponde con la aceleración de transformación de la empresa para el futuro, además de la reorganización de su plantilla global para alinear su capacidad de fabricación.
Entre las plantas afectadas se encuentran la de Lordstown, Ohio, la planta de Hamtramck en Detroit, así como dos plantas de producción de cajas de transmisión en Baltimore y Warren, Michigan.
Estas ensambladoras dejarán de producir el año entrante, sin embargo algunas podría reactivarse dependiendo de las negociaciones que se lleven a cabo con el sindicato de la empresa, United Auto Workers.