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(EFE).- La farmacéutica fabricante del adictivo fármaco OxyContin, Purdue Pharma, le propuso a la Justicia de Estados Unidos un plan de 10.000 millones de dólares para salir de la bancarrota y convertirse en una empresa cuyos beneficios irán destinados a la lucha contra la crisis de los opiáceos, como pactó con las autoridades.
La firma entregó este lunes por la noche en un tribunal de quiebras de White Plains (Nueva York) los documentos de su plan de restructuración, que incluye un monto de 4.275 millones con el que no se contaba antes y aportado por la familia propietaria, los Sackler, a lo largo de los próximos nueve años para resolver demandas civiles.
En un comunicado divulgado este martes, el presidente de Purdue, Steve Miller, consideró que el plan “puede tener un profundo impacto positivo en la salud pública al dirigir recursos de alta necesidad a comunidades e individuos de todo el país afectados por la crisis de los opiáceos”, y dijo que cuenta con un gran apoyo de los acreedores.
Este plan pasa por disolver Purdue Pharma y transferir sus activos operativos a una compañía nueva con orientación “pública”, pero no gestionada por los gobiernos estatales ni locales, para combatir la devastadora crisis a la que contribuyó su fármaco OxyContin, además de dar dinero a ‘trusts’ o fondos “en beneficio de los estadounidenses”.