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Entre cientos de personas que anhelaban subir la escalera del Africa Mercy, anclado en el puerto de Toamasina (Madagascar), llegó Sambany, un hombre con un tumor de casi ocho kilos que le colgaba del cuello y no le permitía levantar la cabeza.
Descalzo, Sambany caminó dos días para llegar a un pueblo con vía pavimentada. Allí vendió sus zapatos para tomar un bus que tardaba cuatro horas en llevarlo a la costa, donde le dijeron que había un barco enorme que operaba gratis a quien lo necesitara.
Como aquel hombre, más de 100.000 personas recibieron intervenciones quirúrgicas gratuitas a bordo de la flota de Mercy Ships.
En este barco viajan casi 400 voluntarios, de 50 nacionalidades diferentes que prestan sus servicios como cirujanos, médicos, enfermeros, maestros, cocineros y tripulantes, durante diez meses en cada país al que llegan.
Para sostenerse recibe donaciones de grandes empresas como la farmacéutica Abbott, la naviera MSC, la tecnológica Microsoft y la multinacional Johnson & Johnson. También recibe aportes de personas que pagan una cuota mensual, o el valor de una cirugía, o compran una camiseta o una joya simbólica.
Con información de El Tiempo…