
Bajo el sol del mediodía, decenas de delgados pescadores esperan descalzos a las orillas de una laguna en Río Chico, en la costa venezolana, para ser los primeros en cambiar su pesca del día por otros alimentos, en un trueque informal que crece en la aquejada nación petrolera.
El trueque se ha convertido en una de las vías que tienen los venezolanos para recibir pagos por la falta de billetes y escasez de productos, además algunos prefieren recibir comida, ya que el dinero no les alcanza para adquirirla y los precios varían dependiendo si el pago es en efectivo o con tarjeta de crédito o debito.
“Aquí no hay dinero en efectivo, solo trueque”, dijo Mileidy Lovera, de 30 años, caminando por la orilla de la laguna con una hielera llena de pescado que su esposo había atrapado temprano, esperando cambiarla por comida para alimentar a sus cuatro hijos o medicamentos para su hijo epiléptico.
En un país con una hiperinflación, donde los billetes son tan difíciles de encontrar como alimentos y medicinas, los venezolanos recurren cada vez más al trueque para realizar transacciones básicas.
“Es un sistema de pago bastante primitivo pero también es primitiva la falta de efectivo en el país “, dijo el economista Luis Vicente León de la consultora Datanálisis.
Según la encuesta Datanálisis de mayo pasado, 3,2 por ciento de la población reporta usar el trueque, cuando en el 2016 ese intercambio ni siquiera se mencionaba como forma de pago.
A diferencia de otros países en la región, el trueque en Venezuela no tiene ubicación ni reglas precisas y está mayormente dominado por el intercambio de comida en una nación en la que la pobreza alcanza a 87 por ciento y donde la población perdió un promedio de 11,4 kilos el año pasado, según un estudio realizado por tres grandes universidades del país.
Reporte de Andreína Aponte, Editado por Vivian Sequera y Juana Casas.