En este artículo le contamos la triste historia de una paciente que se inyectó sustancias extrañas en su cuerpo y, en medio de la desesperación, optó de manera errónea retirarse los biopolímeros, a través de una cirugía abierta, que según ella, le destruyó su vida.
Inyectarse biopolímeros en la cara, senos o glúteos en la mayoría de los casos deja efectos devastadores: deformidades permanentes, enfermedades autoinmunitarias, afecta diferentes tejidos, órganos y sistemas, produce lesiones irreversibles, ocasionalmente, irreparables, e incluso llevar al o la paciente a perder la vida, debido a las complicaciones que producen estas macromoléculas sintéticas que se utilizan de forma ilegal y sobre todo si para retirarlos no se utiliza el procedimiento adecuado.
Es importante que si usted ya fue víctima de la inyección de biopolímeros, nunca se decida por la cirugía abierta para el retiro del mismo, y explicamos por qué en esta historia.
Muchas mujeres utilizan los biopolímeros para agradar a sus parejas y al final terminan perdiéndola. Este es el caso de una colombiana, de 38 años, cuya identidad está resguardada, a quien hace 8 años le fueron mutilados sus glúteos durante una intervención quirúrgica abierta, para retirar los biopolímeros y parte de sus piernas, pues el material había migrado a esa zona baja.
“El dolor durante y después de la cirugía era insoportable, me mantuve tomando medicamentos para el dolor y la infección por meses; años después quedan las huellas de la cirugía, mi baja autoestima, las depresiones y el dolor, ya no en el sitio, pero sí en el alma”, dijo la dama con ojos aguados.
El precio de la “belleza”
En muchos países, como Colombia, Venezuela, República Dominicana, México y Estados Unidos, venden la idea de que la extracción de los biopolímeros a través de una cirugía abierta mejora la sintomatología de los pacientes; sin embargo, la cicatriz queda y el deseo de vivir, de continuar con una vida sana, muere.
Prácticamente no tiene glúteos por culpa de este procedimiento: “Me he visto, muchas veces, en la obligación de quedarme encerrada para evitar que se note lo que tengo; mi esposo se fue de la casa. Creo que nunca más volveré a tener una pareja”.
“Si la inyección de biopolímeros es desastrosa para las pacientes, la cirugía abierta es un crimen, te quitan parte de ti, nunca más volverás a ser la misma”, narró.
“Cuando me inyectaron los biopolímeros, me hicieron creer que iba a quedar bonita y así fue durante poco tiempo; pero, para yo poder someterme a una cirugía abierta, después de todo lo que había visto por internet, un médico me persuadió y yo caí, me arrepiento mil veces”, agregó.
Ha pasado el tiempo y lo peor no ha pasado, cuenta que hace unos meses volvió su piel a enrojecerse y sentirse caliente, “¡vaya sorpresa!, todavía me queda biopolímeros adheridos al muslo izquierdo en la parte trasera y en los gluteos, por eso pido a quienes ya fueron víctimas de los biopolímeros, buscar otros procedimientos y ponerse en manos experimentadas”.
No a la cirugía abierta
En esta ocasión hablamos de la historia de una paciente que tuvo cirugía abierta para la eliminación de biopolímeros o cuerpos extraños y pudimos constatar las mutilaciones a las que fue sometida y la depresión por la que tuvo que pasar después de la operación.
Someterse a un procedimiento abierto luego de la inyección de biopolímetos, significa una recuperación más prolongada, donde quedan las marcas y los cuerpos extraños no son extraídos por completo.
Un experto consultado por este medio recomienda que para la eliminación de biopolímeros, se utilice otro tipo de procedimiento, que no produzca tanto dolor, deje menos cicatrices, cause menos depresión, que permita a la paciente incorporarse a su vida cotidiana en menor tiempo, en fin, que la recuperación sea más satisfactoria.