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(EFE).- El segundo juicio político (“impeachment”) al expresidente estadounidense Donald Trump comenzará este martes en un Senado dividido que difícilmente lo condenará por su responsabilidad en el asalto al Capitolio, y que demócratas y republicanos quieren zanjar lo más rápido posible.
Más de un mes después de que cientos de seguidores radicales de Trump irrumpieran en el Congreso durante una sesión clave para la transición de poder, el Senado juzgará al ya expresidente por un solo cargo del que le acusó la Cámara de Representantes en enero: el de “incitar una insurrección”.
“Se trata del crimen constitucional más grave jamás cometido por un presidente”, afirmaron los congresistas demócratas que ejercerán como “fiscales” del juicio político en un documento presentado este lunes.
El juicio político volverá a centrar la atención de Washington en Trump menos de tres semanas después de que el expresidente abandonara el poder, pero no lo hará por demasiado tiempo: se espera que el proceso dure apenas una semana o diez días, según las negociaciones previas.
Tanto a los demócratas como a los republicanos les interesa un “impeachment” fugaz: los primeros quieren despacharlo para poder centrarse en las prioridades del nuevo presidente de su partido, Joe Biden; y los segundos temen las consecuencias de un largo debate sobre las polémicas acciones de Trump.