Mollie Tibbetts, estudiante de psicología, desapareció el pasado 18 de julio en la pequeña localidad de Brooklyn, Iowa, sin dejar rastro alguno. La joven universitaria de 20 años se esfumó de la nada cuando salió a correr de forma rutinaria.
Luego de percatarse de su desaparición, sus familiares con ayuda del Gobierno del estado, emprendieron una búsqueda para dar con su paradero. Un mes más tarde, el cuerpo de Mollie fue hallado en un campo de maíz en la localidad de Guernsey y el principal sospechoso de su asesinato, Christian Bahena Rivera, fue detenido y puesto bajo custodia.
Rivera, tras intensos interrogatorios y presión ejercida por parte de las autoridades, admitió ser el autor material del crimen, pero asegura no recordar cómo sucedió el incidente puesto a que su mente se bloqueó por un ataque de ira. El joven, de origen hispano, dijo a las autoridades que había visto a la Mollie correr en la calle y decidió seguirla en su vehículo.
Tibbetts se sintió acosada y le advirtió que llamaría a la policía si no detenía el auto.
Rivera, que trabajaba desde el 2014 bajo un nombre falso en una granja lechera cerca de donde fue secuestrada la víctima, explica en sus declaraciones que lo próximo que supo fue que el cuerpo de Mollie estaba en la maleta de su auto con una herida profunda en la cabeza.
El hombre, de 24 años, se transformó en el principal sospechoso del caso cuando las autoridades revisaron las cámaras de seguridad de Brooklyn y se percataron que circulaba sin sentido alguno en su vehículo.
Inicialmente, el principal sospechoso era el novio de la víctima, identificado como Dalton Jack, sin embargo, fue descartado al comprobarse que estuvo todo ese tiempo en Dubuque, Iowa, trabajando.
Tibbetts se encontraba en la casa de su novio, la cual comparte con su hermano y prometida, cuidando a sus perros mientras él salía de la ciudad por negocios.
“Me fui a Dubuque, Iowa, que está a unas 100 millas de distancia, el martes por la mañana a las 5 de la mañana”, dijo. “Y me quedé allí por trabajo hasta lo que se suponía que iba a ser el viernes. Y el jueves, cuando supimos que estaba desaparecida, volví a casa. Así que estuve en Dubuque todo el tiempo”, contó a la televisora Fox News.
Los investigadores ejecutaron órdenes de cateo para el Fitbit que llevaba puesto Tibbetts, así como sus cuentas de Snapchat, Instagram y Facebook, dijo Mitch Mortvedt, portavoz de la División de Investigación Criminal de Iowa.