La Administración estadounidense aumentó la financiación a dos de las principales agencias humanitarias en México, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
¿De que manera esto beneficiaría a Trump? expertos lo consideran como una extensión de la política antimigratoria de la Casa Blanca. Recordemos cuando la caravana de 7.000 hondureños cruzaba México en dirección a EE.UU. y Trump arremetía contra ellos en sus discursos, la oficina de la OIM respondió con el ‘Programa de retorno voluntario asistido’, que consistía en que trabajadores con polo y gorra azul informan, organizan y pasan lista a aquellos migrantes que han decidido montarse en un autobús para regresar a sus países.
Pese a ello, el drástico incremento de la migración centroamericana ha abierto nuevas oportunidades al otro lado del océano Atlántico. La coordinadora para la región, Alexandra Bonnie, coordinadora Regional del Programa Mesoamérica de la OIM, considera el interés de EE.UU. como factor para lanzar el proyecto: “Cuando hay una situación especial y un interés particular por parte de un donante, se hace algo específico para un país”.
La OIM abrió puntos de información y de registro para el retorno en Tecún Umán, la ciudad guatemalteca que hace frontera, y en Tijuana. Según Andrew Selee, presidente del Instituto de Política Migratoria, un think-tank basado en Washington, impulsar el retorno voluntario está en sintonía con las prioridades de Trump, ya que el programa tiene una gran importancia estratégica.