Venezuela atraviesa actualmente una insólita crisis política e institucional: El máximo organismo judicial venezolano, cuya mayoría de magistrados proviene del seno del chavismo, ha desconocido a la Asamblea Nacional bajo argumentos técnicos, desconociendo sus funciones y, a la postre, negando la voluntad del pueblo venezolano que votó mayoritariamente por los representantes de la oposición.
Las recientes sentencias del Tribunal Supremo (TSJ) de erosionar la inmunidad parlamentaria y asumir funciones legislativas alertó al mundo, dejando en evidencia las ya notorias intenciones del oficialismo de mantener el control del poder por encima del organismo legislativo.
No obstante, el llamado de atención de la Fiscal General (también aliada notoria del chavismo) provocó una sorpresiva "movida de mata" que desencadenó una "rectificación" del TSJ y anuló dichas sentencias, algo nunca antes había sido en la jurisprudencia internacional.
Ante el silencio posterior de la Fiscal, quedan las suspicacias en la opinión pública sobre el trasfondo de lo ocurrido: ¿quedó en evidencia las fisuras dentro del chavismo o se trató de una estrategia para dar la apariencia, ante el mundo, de que hay división de poderes en Venezuela? ¿Qué sucederá con los Magistrados que firmaron una sentencia inconstitucional?
Por tal razón, la mayoría de las naciones del mundo han exhortado a que en Venezuela se respete la voluntad del pueblo. Al menos una veintena de países de la Organización de Estados Americanos expresó su preocupación por lo ocurrido y declaró que en Venezuela hay una "alteración institucional", un calificativo que no es propio de los sistemas democráticos.
Mientras continúan las pugnas en altas esferas del poder, el pueblo venezolano sufre una de las peores crisis sociales como nunca antes se había visto. Los precios de los artículos son, incluso, mucho más costosos de lo que valdrían en otros países, no se consiguen medicinas esenciales, los servicios públicos están inservibles, los salarios se vuelven "sal y agua" y la inseguridad es galopante.
Lamentablemente muchos venezolanos han optado por la resignación.
¿Cuánto tiempo durará esta situación? ¿Cuál será la solución y las vías más adecuadas para lograrlo? Venezuela necesita de nuestro apoyo, hoy más que nunca, para poder recuperar la paz que merece.
EV Houston
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