
El huracán Harvey, el ciclón más destructivo que ha impactado a los Estados Unidos en la última década, puso a prueba la solidaridad de quienes hacemos vida en Houston y demás condados afectados.
En medio de tanta desgracia, dolor y desesperación, siempre aparecieron civiles y funcionarios de seguridad con sus embarcaciones, llevándose a los damnificados hacia lugares seguros sin esperar nada a cambio. Definitivamente, los efectos de Harvey hubiesen sido peores si la ciudadanía no se hubiera comportado a la altura de las circunstancias.
De igual modo, "Harvey" puso a prueba la capacidad gubernamental de responder ante una situación catastrófica y de alinear los planes de desarrollo a las nuevas realidades trazadas por el cambio climático para prevenir un colapso total y prolongado.
Los expertos atribuyen la magnitud del fenómeno al cambio climático. El planteamiento reafirma apreciaciones de investigaciones como una realizada en 2006 por el Instituto de Tecnología en Atlanta. El estudio, publicado en Nature, consignó que la elevada temperatura superficial del mar reflejó alta correlación en el fortalecimiento de la actividad ciclónica. La evidencia científica tiene que ser guía imprescindible para planificar y construir.
Esperamos que los coletazos de Harvey lleguen (figurativamente) a la Casa Blanca para que revierta su decisión de retirarse del Acuerdo de París y sume a Estados Unidos a los esfuerzos por revertir los efectos del cambio climático. Nuestra supervivencia está en juego.
EV Houston
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