
Un nuevo libro se inicia en la vida política, social y económica del país y el mundo con el triunfo de Donald Trump en la Presidencia de Estados Unidos.
El nuevo Mandatario ganó, incluso, en aquellos estados donde muchos preveían una supuesta derrota como Florida, Pennsylvania, Carolina del Norte, Wisconsin y Michigan.
Para la fecha de elaboración de este Editorial todavía no hay resultados precisos de cómo estuvo la votación hispana en Estados Unidos y por cuál candidato votó la mayoría, pero todos los sondeos señalan que su participación fue masiva. Felicidades a todos los latinos que ejercieron su derecho al voto porque entendieron que su opinión sí tiene peso porque no somos una simple "minoría" estadística.
Respecto a los votos populares, se aprecia una victoria muy ajustada de Trump sobre la exsecretaria Hillary Clinton, pero lo cierto es que Donald Trump obtuvo la mayoría necesaria de votos electorales y ha sido reconocido tanto por el partido Demócrata como por el resto del mundo.
Trump gobernará por cuatro años con mayoría en ambas cámaras del Congreso y se enfrenta a grandes retos para mejorar los avances sociales y corregir las fallas pendientes. Sus acciones responderá muchas interrogantes generadas a lo largo de la campaña electoral. De igual modo, el resto del mundo estará muy pendiente de su política exterior.
La mayoría estadounidense apostó por un cambio. El Presidente electo, en sus primeras palabras tras conocerse formalmente su triunfo, dijo: “Vamos a poner a trabajar a millones de personas al momento de estar reconstruyendo al país (…) es tiempo de unirnos como nación, es tiempo.
Prometo a todos los ciudadanos que seré presidente de todos y esto es muy importante para mí”.
Ese llamado del nuevo inquilino de la Casa Blanca debe ser aceptado por todos. Vamos a seguir trabajando unidos por Estados Unidos. Nuestro bienestar depende de ello.
EV HOUSTON
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