
Junto con el aborto, la inmigración y el matrimonio entre homosexuales, el porte libre de armas de fuego por la ciudadanía es uno de los temas más álgidos de la sociedad estadounidense.
Quienes apoyan la aplicación literal de la segunda enmienda de la Constitución argumentan que si los ciudadanos pudieran ejercer el derecho a la libre defensa los delincuentes "lo pensarían dos veces". Por el otro lado, los opositores aseveran que el delincuente siempre estará decidido a cometer sus acciones hasta el punto de enfrentarse a funcionarios policiales, quienes sí están preparados para hacer uso de la fuerza legítima.
El trasfondo sobre el "derecho" de portar armas de fuego es: ¿quién tiene la responsabilidad de proteger al pueblo ante los delincuentes: el Estado o los propios ciudadanos? ¿Están preparados los civiles para enfrentar a un potencial asesino?
Lo cierto es que mientras "rojos" y "azules" debaten sobre el tema, siguen ocurriendo matanzas de inocentes cometidas por verdaderos desequilibrados, como la masacre que hubo en el colegio Sandy Hook de Newtown en el estado de Connecticut, donde fueron asesinados salvajemente 20 niños de 6 y 7 años, y 7 mayores (14 de diciembre de 2012) o la matanza dentro de la iglesia metodista de Charleston (Carolina del Sur) el 17 de junio de 2015 donde se cobró la vida de nueve personas, entre ellas el reverendo y senador Clementa Pinckney. Todo esto sin contar los miles de accidentes domésticos donde familiares, en particular niños, acaban con la vida de seres queridos por manipular un arma sin la debida preparación.
Solo basta con hacer este ejercicio mental: usted porta un arma de fuego y tiene los permisos necesarios para accionarla… se encuentra en algún recinto lleno de personas y en ese momento ingresa un sujeto fuertemente armado disparando a diestra y siniestra… ¿Estaría preparado psicológica, mental y físicamente para abatirlo? ¿Tiene la garantía de que usted vivirá para contarlo? Si usted posee creencias religiosas o de conciencia que les impiden poseer -y mucho menos accionar- un arma de fuego… ¿qué hará? Aún teniendo el apoyo de otras personas armadas… ¿dispararán? ¿será una acción coordinada como si fuera la Policía?
Y a propósito, también valen otras preguntas: ¿dónde estaba la Policía momentos antes de la matanza? ¿y los funcionarios de inteligencia? ¿no pudieron evitar una masacre de este tipo? ¿cómo permiten la venta casi indiscriminada de armas de fuego?
Esperemos que la sociedad estadounidense, en particular la clase política y juristas, sepa encontrar una solución consensuada por el bien de todos.
EV Houston
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