Luego de muchos años de alertas y protestas, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos prohíbe las grasas artificiales “trans” por sus terribles efectos a la salud. Esta noticia es muy alentadora ya que en el país muchos productos contienen este tipo de grasa tan perjudicial para la salud.
Una dieta en la que abundan las grasas saturadas o trans puede causar: aumento del colesterol "malo" o LDL y la disminución del colesterol "bueno", incremento de los triglicéridos, lo que aumenta la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares e incluso de padecer infartos de miocardio, retraso en el desarrollo del cerebro y hasta el riesgo de padecer diabetes del tipo dos.
En Estados Unidos la obesidad se ha convertido en un problema de serias magnitudes. Solo basta con salir a la calle y en menos de un minuto observará a alguien con fuertes problemas de sobrepeso.
No obstante, no se trata de cumplir los patrones de belleza impuestos por los grandes consorcios de la moda sino una cuestión de salud y vida.
Hay que saber diferenciar la aceptación personal y las medidas que pueden afectar el correcto funcionamiento del cuerpo. Mucho se ha leído del “bullying” contra personas con sobrepeso, lo cual es incorrecto y, en contraparte, existe otra corriente de personas que aceptan su gordura con mucho orgullo.
Pero en este caso, no se trata de relacionar la belleza física con ciertas figuras idealizadas sino sencillamente una cuestión de salud. Estamos de acuerdo que no deben existir patrones que regulen o indiquen qué cuerpo es “bello” o no, de todos modos, lo que debería resaltar es la personalidad de cada quien, pero sí es importante cuidar de su salud, por lo tanto, evitar el consumo de grasas trans es vital sin que implique obligarnos a seguir los dictámenes de la moda.
Ambos extremos son dañinos: la delgadez anoréxica y la obesidad. Es necesario acudir a un médico especializado en nutrición para que indique cuál es su peso ideal de acuerdo con sus propias características.
EV Houston
[email protected]