
Hace 800 años nació un espacio sagrado, un tesoro artístico y religioso, un símbolo del logro humano, la Catedral de Notre Dame, la cual estuvo en peligro de perderse para siempre el pasado 15 de abril. Fue un fuego amenazante, el cual comenzó tan inesperadamente y que llenó de horror y tristeza a los ciudadanos de París al ver como se consumía rápidamente todo aquello que rodeaba su techo.
Para Francia, Notre Dame es un icono de su patrimonio, para ti, quizás es una grandeza arquitectónica o uno de los mayores tributos de devoción hacia la virgen María, no importa lo que sea, lo que importa es que tú al igual que muchos que probablemente estaban serenos en la comodidad de tu hogar seguramente sentiste el impacto de este desastre en tu psique.
En el pasado, varias catedrales llamadas góticas en la historia del arte han sido destrozadas y renovadas, Notre Dame no fue la primera y ciertamente no será la última pero por un instante todos fuimos impactados por el dolor de los franceses quienes casi pierden una gran parte de su legado intelectual, religioso y político.
Muchos de los desastres que ocurren en el mundo terminan separando a las personas y lo que deja en evidencia la grandeza de este monumento es que gracias a la labor de Macron junto a muchos otros, Notre Dame resurgirá y nos demostrará que la historia puede reinventarse y que el arte nos puede unir a todos más allá de cualquier creencia que tengamos.