
Hace apenas unos días se celebró el Thanksgiving, una bonita oportunidad para agradecer a Dios por lo que somos y lo que tenemos en esta vida, una celebración que debería ser mundial y frecuente, y no celebrarse en tan pocos países de este mundo nuestro, tan desequilibrado económica y socialmente. Y es que siempre nos quedaremos cortos ante el agradecimiento de un día.
Debemos reconocer que poco recordamos agradecer por cada día de vida con salud, por cada momento en familia que vivimos, por cada compartir con buenos amigos, por lo que materialmente hemos logrado tener, por tantas batallas que enfrentamos y ganamos cada día, incluso por las que no ganamos y que nos dejan un aprendizaje.
Es el caso reciente de los habitantes de varios pueblos de California que recientemente perdieron todo debido al incendio más mortífero en la historia de ese estado, que dejó casi un centenar de muertos y miles de familias sin hogar. Pero existe la solidaridad, el amor al prójimo, y por eso muchos fueron a compartir un día de acción de gracias con los afectados, como el Chef español José Andrés, de la organización World Central Kitchen, quien acompañado de su familia y unos 100 voluntarios prepararon y sirvieron 15 mil almuerzos a los afectados del incendio; al igual lo hizo el Chef Guy Fieri y Robert Stouffer, un bombero retirado, y decenas de personas de zonas vecinas que abrieron sus puertas a extraños para ofrecer una cena más personal por el Día de Acción de Gracias.
Similares casos vivimos en Venezuela con gente que diariamente sale a las calles a asistir con comidas, medicamentos y ropa, “ofrendas de amor”, a los cientos de venezolanos que viven la hambruna y la miseria a la que han llevado a nuestro país, pero que tienen bien claro el concepto de “solidaridad”, esa de la que hicimos derroche siempre los venezolanos al tender la mano a quien lo necesitó, aunque portara una bandera distinta al tricolor nacional, por eso hoy, queremos homenajear a esos que llevan el corazón en la mano, a los solidarios, y también a los agradecidos, porque ellos son una “Ofrenda de amor” que Dios les da a quienes los necesitan, esperando que todos los días sean de “acción de gracias” por la vida!