La Fiscalía mexicana anunció este sábado el inicio del proceso de extradición a EE.UU. del narcotraficante Joaquín “el Chapo” Guzmán, recapturado el viernes en el estado de Sinaloa, el cual tiene “distintas etapas” y se prevé largo, según lo establecido por la ley.
La Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) explicó en un comunicado que no hay impedimento para ejecutar las órdenes de aprehensión con fines de extradición emitidas en contra del capo tras su fuga el 11 de julio pasado de un penal de máxima seguridad y “mucho menos el inicio del procedimiento de extradición”.
Si bien durante el tiempo que Guzmán evadió la acción de la justicia sus abogados tramitaron varios amparos contra una eventual extradición, solicitada formalmente por Estados Unidos, algunos de ellos “fueron sobreseídos, mientras que otros siguen en trámite”, apuntó.
El 16 de junio y el 31 de agosto de 2015, EE.UU. presentó las peticiones formales de extradición de Guzmán por varios delitos, entre ellos asociación delictiva para importar y poseer con la intención de distribuir cocaína, delincuencia organizada, lavado de dinero, homicidio y posesión de armas.
Tras el escándalo internacional desatado en julio pasado por la segunda fuga de Guzmán de un penal de máxima seguridad, después de la que protagonizó en 2001, el Gobierno de Enrique Peña Nieto dio un giro en su posición respecto a la extradición del narcotraficante.
Hace justo un año el entonces fiscal, Jesús Murillo, declaraba que Guzmán tendría que “cumplir su condena en México” antes de ser extraditado a EE.UU., lo que podría producirse “unos 300 o 400 años después”, y aseguró que ese proceso debe darse solo por motivos de seguridad o riesgo de fuga, algo que -dijo- no existía.
Seis meses después la fuga dejó en evidencia no solo a Murillo, que salió de la PGR en febrero arrastrado por la crisis generada por la desaparición de 43 estudiantes, sino al propio presidente Peña Nieto, quien en 2014 llegó a asegurar que un segundo escape de Guzmán sería “imperdonable”.
Algunos analistas atribuyen el rechazo inicial a la extradición del capo a una estrategia del Gobierno mexicano para demostrar su eficacia en la lucha contra las drogas y la solidez de sus instituciones, aunque también a un temor sobre la información que el capo pudiera entregar a EE.UU.
Tras su recaptura y reclusión en el mismo penal del que se fugó hace medio año, al Gobierno mexicano parece no quedarle otra opción que enviar a EE.UU. al narcotraficante.
El “izquierdista” Sean Penn y su reunión secreta con “El Chapo”
Tras la captura el pasado viernes del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, más conocido como ‘El Chapo’ Guzmán, se han conocido una serie de detalles ‘sorprendentes’ como que el narco más buscado del mundo planeaba filmar una película sobre su vida, una de las cuestiones que han permitido su detención, o que el actor estadounidense Sean Penn se reunió con él el pasado mes de octubre con el objetivo de realizarle una entrevista para la publicación «Rolling Stone», otro factor que habría llevado a las fuerzas de seguridad mexicanas a recapturar al capo, que será extraditado a Estados Unidos, publica ABC de España.
La revista ha publicado la entrevista con el título «El Chapo Speaks», y una fotografía en la que se ve al actor estadounidense y al narco dándose la mano, tomada el 2 de octubre pasado «con fines de verificación». En el pie de foto explica que «después de una larga cena y conversación, Chapo concedió la petición de Penn para una entrevista formal».
En ella, el narco más buscado del mundo hasta su detención el pasado viernes enSinaloa, su tierra natal, se muestra tranquilo, y anticipaba que si el Ejército mexicano le encontraba, le detendría, negando así que lo que querían eran acabar con su vida.
También explica que proviene de una familia «muy humilde» y que fue a los 15 años cuando se introdujo en el negocio de las drogas porque donde él se crió, un rancho llamado La Tuna, «no hay oportunidades de trabajo». A los 18 años marchó a Culiacán, y después a Guadalajara, «pero nunca sin visitar mi rancho, incluso hasta hoy, porque mi mamá, gracias a Dios, todavía está viva…. y así es como han sido las cosas», comenta.
El Chapo, que asegura que no es consumidor de estupefacientes, y tampoco suele tomar alcohol, reconoce que las drogas destruyen, perono se siente responsable en cuanto a los adictos, porque el día que él ya no exista, el alto nivel de adicción a las drogas en el mundo «no va a disminuir de ninguna manera en absoluto».
El narco no se considera una persona violenta y asegura que todo lo que ha hecho en la vida es «defenderse». Ni siquiera –comenta– ha utilizado la violencia en las dos fugas de la cárcel que ha protagonizado en su vida: «Nunca pensé en hacer daño a nadie. Todo lo que hice fue pedirle a Dios, y las cosas funcionaron. Todo era perfecto. Yo estoy aquí gracias a Dios».
Dice que nunca ha buscado problemas aunque comprende que la gente tenga sentimientos encontrados sobre él «debido a que algunas personas me conocen y otros no», y «pueden tener sus dudas acerca de si soy una buena persona o no».
En la entrevista, Sean Penn pregunta a El Chapo sobre el narcotraficante más famoso de todos los tiempos: el colombiano Pablo Escobar, fundador del Cártel de Medellín, quien murió a los 44 años en dicha ciudad abatido a tiros por la policía. «Sé que un día voy a morir. Espero que sea por causas naturales», comenta.
«La Reina del Sur» medió para la entrevista
En un extenso artículo, Sean Penn explica cómo llegó a entrevistar a El Chapo Guzmán cuando era intensamente buscado tras su fuga de la prisión de máxima seguridad el Altiplano I, en México.
La mediadora para que la reunión del actor y el capo pudiera materializarse fue la actriz mexicana Kate del Castillo, quien protagonizara la exitosa serie ‘La Reina del Sur‘, grabada en su mayor parte en España, y donde encarnaba a una joven mexicana, nacida en Culiacán, Sinaloa, que se convierte en una famosa narcotraficante. La serie se basa en la novela del mismo nombre del escritor Arturo Pérez-Reverte.
La actriz comenzó su acercamiento a El Chapo tras publicar, en enero de 2012, en su cuenta de Twitter, un mensaje en el que decía: «Hoy creo más en el Chapo Guzmán que en los gobiernos que me esconden verdades aunque sean dolorosas». Después de leer la declaración de Kate en Twitter, un abogado de El Chapo Guzmán contactó con la actriz para decirle que «El Señor quería enviarle flores en señal de gratitud».
Kate comentó a Penn que había seguido en contacto con el narco, incluso después de su fuga en julio del año pasado, y fue entonces cuando el actor se planteó la posibilidad de entrevistarle. Cuando supo que El Chapo había accedido a reunirse con él, llamó a Jann Wenner, de la revista Rolling Stone.
Así, el 2 de octubre, Sean Penn, Kate del Castillo y dos personas cercanas al capo: El Alto, y Espinoza, tomaron un vuelo en Los Ángeles para dirigirse a una ciudad de México. Después en otro avión se dirigieron, en compañía de Alfredo Guzmán, hijo de El Chapo, hacia una selva montañosa, donde, tras aterrizar en un claro, se embarcaron en un convoy de dos camiones.
Durante el trayecto, dos soldados del gobierno uniformados, armas en ristre, se acercan al vehículo en el que viajaba el actor. Alfredo -hijo de El Chapo- bajó la ventanilla, y los soldados dieron media vuelta. «Así es el poder de una cara Guzmán. Y la corrupción de una institución», comenta Sean Penn, quien dice serconsciente de que la DEA y el gobierno mexicano estaban siguiendo sus movimientos.
El largo viaje termina en una loma en la que hay unos cuantos bungalows. Cuando el actor sale de la camioneta, se encuentra finalmente con El Chapo, quien viste una camisa de seda estampada, vaqueros negros ajustados y que tiene un aspecto cuidado y saludable.
Es el propio narco quien abre la puerta de la actriz Kate del Castillo a quien saluda «como a una hija que acaba de regresar de la universidad» comenta Penn. «Después de saludarla a ella, se vuelve hacia mí con una sonrisa hospitalaria, extendiendo su mano. La tomo. Él me da un abrazo: “compadre”; me mira a los ojos y dice un largo saludo en español muy rápido para mis oídos».
Una familia local abastece un buffet de tacos, enchiladas, pollo, arroz, frijoles, salsa fresca y carne asada. En la mesa se sienta también el hijo mayor del Chapo. A los 32 años, es considerado el heredero del cártel de Sinaloa. Frente a Sean Penn se acomodan el narco y Kate del Castillo.
Ya es de noche. El actor no ve más de 30 o 35 personas, pero después sabría que otro centenar de los hombres de El Chapo estaban presentes en la zona.
«Tiene un carisma indiscutible» dice el actor sobre el narco, quien le pregunta si muchas personas en los Estados Unidos saben de él.
«Cedo a la sensación de seguridad que ofrecen el Chapo y sus hombres. Existe la sensación generalizada de que si hubiera una amenaza, ellos lo sabrían. Comemos, bebemos, y hablamos durante horas», señala Penn.
Durante el largo encuentro, El Chapo comenta que le gustaría entrar en el negocio del sector energético, pero que el origen ilícito de sus fondos restringe sus oportunidades de inversión.
No obstante cita, aunque pide no dar nombres, «una serie de grandes corporaciones corruptas, tanto en México como en el extranjero», a través de las cuales El Chapo ha lavado dinero.
«¿Cuánto dinero recibe usted por escribir este artículo?» pregunta el narco al actor, quien le responde que cuando se dedica al periodismo, no cobra. «Me doy cuenta de que para él, la idea de hacer cualquier tipo de trabajo sin pago es un juego de tontos», apunta Sean Penn.
La revista de rock Rolling Stone publicó este sábado detalles de esa entrevista, incluida una fotografía tomada el 2 de octubre que muestra a Penn vistiendo una playera negra y saludando de mano al bigotudo líder del cartel de Sinaloa, de camisa azul.
Penn escribió que el capo, de 58 años, le dio un gran abrazo cuando se conocieron en algún sitio selvático, y que obtuvo siete horas de entrevistas presenciales y telefónicas sobre sus actividades delictivas.
“Yo suministro más heroína, metanfetaminas, cocaína y marihuana que cualquiera en el mundo”, dijo entre tragos de tequila a Penn en una sorprendente admisión sobre el tamaño de su negocio ilegal.
“Tengo una flota de submarinos, aviones, camionetas y barcos”, declaró a Penn gracias a la gestión de la actriz mexicana Kate del Castillo.
Abraham Puche – EV Houston Newspaper – EFE / Foto: Cortesía