Antonio Acosta y Guillermo Correa, eran compañeros de habitación en una residencia de ancianos al noroeste de Houston, no se llevaban bien, pero lo que ocurrió el día martes en horas de la madrugada nadie lo hubiese imaginado.
De acuerdo a declaraciones de su hija Antonio Acosta, de 77 años de edad, le dijo en fechas recientes que sacara a Correa del cuarto donde se quedaba en Lexington Place Nursing & Rehabilitation pues era víctima de amenazas frecuentes por parte de él.
“Era una persona inestable, siempre intimidaba a los demás compañeros”, relató la familia Acosta.
Por otra parte Irma Chávez, hija de la otra víctima relató que su padre le rogó porque lo sacara de allí. Casualmente esta petición se la hizo el día martes por la noche adelantándose a lo que se avecinaba.
Cabe acotar que Irma Chávez dijo que ella se había quejado con el personal de enfermería dos veces por el comportamiento de Correa, pero no hicieron nada. Solo le dijeron: “Bueno, si no le gusta, le invitamos a llevarlo a otro lugar”.
Esa noche, Antonio Acosta y Primitivo López eran asesinados cuando Guillermo Correa los golpeó con el reposabrazos de una silla de ruedas, informó la policía.
Correa enfrenta ahora una acusación por asesinato capital. “Antes de matarlos discutieron y el decidió ponerle fin a esto”, dijeron los agentes.
Cecilia Cavuto, portavoz del Departamento de Adultos Mayores y Personas Discapacitadas, dijo que la agencia evaluó las instalaciones en el mes de febrero y registró 17 deficiencias de las normas federales y 21 violaciones de las normas estatales. Las deficiencias iban desde no darle a los residentes el tratamiento adecuado para evitar nuevas úlceras o escaras hasta almacenar de forma inadecuada los medicamentos.
La policía llegó a las instalaciones en 1737 North Loop cerca de Ella, alrededor de las 11:30 pm del martes y encontraron tanto a Acosta como a López muertos.
Andrea Phillips / El Venezolano / Fuente: Houston Chronicle / Foto: Houston Chronicle