
Victoria Jazmín, tomó entre empujones el tren como de costumbre a las 5:00pm en la estación Chacaíto del Metro de Caracas. Es común ir muy apretados, ya que el sistema está colapsado a esa hora. Esta chica de apenas 23 años de edad, por lo general lleva audífonos para escuchar su música, usa chaqueta y pantalón de vestir. Es elegante como se lo exigen en la oficina.
Al llegar a la estación Plaza Venezuela, se bajó un mar de personas como es habitual, pero ella continúa su trayecto. El vagón quedó casi vacío por lo que aprovechó la oportunidad de tomar asiento y relajarse, porque su recorrido es largo. Victoria Jazmín va hasta la estación Pérez Bonalde. Al estar sentada escuchando el tema “mi chica ideal” de Chino y Nacho, más el cansancio del día, fueron la fórmula perfecta para llevarla por instantes a un sueño profundo. El tren reinicia nuevamente su recorrido y ella se duerme en cuestión de segundos.
Para su sorpresa, la despertaron gritos… las luces del tren estaban apagadas, hacía calor y la gente desesperada se empujaba, trataban de salir por la fuerza del tren. Constantemente sonaba el pito de emergencia, pero ella no entendía que ocurría, por un instante pensó que era un sueño.
“¡Están robando, salgan, salgan, están robando el tren!”, se escuchaba una y otra vez entre los gritos de pánico y desespero de la gente, pero ella casi no podía ver nada, sólo entraba un poco de luz por las ventanas del tren, provenientes del escaso alumbrado del túnel… mientras que por allá se escuchaba un golpe, al parecer intentaban romper una ventana.
Jazmín no hacía nada, desde donde estaba observaba como una señora de unos 50 o 60 años estaba desmayada en el piso, aparentemente se sofocó y la gente la tropezaba y la pisaba, pero la chica aún creía que era un sueño, hasta que un hombre fornido y encapuchado, con un arma vino sobre ella para arrancarle sus pertenencias.
“Dame la cartera maldita, que me des la cartera”, le decía en tono retador el hombre mientras intentaba despojarla de sus pertenencias, pero la joven forcejeaba con el sujeto, mientras que la turba les seguía empujando aruñando y golpeando, porque venían de un lado para el otro. Tal era la presión y los empujones, que logró zafarse del hombre y huir por una de las puertas que lograron abrir por la fuerza.
Se lanza a los rieles por donde caminaban muchas personas, jóvenes, niños, ancianos e incluso un discapacitado que usaba bastón.
“¿Hacia dónde caminamos? – Dale para allá, ¡muévela antes que nos maten estos hampones!”, le dice una persona que viene detrás de ella, parece ser un joven.
“¿Pero para dónde es allá?”, pregunta la muchacha un poco asustada, porque es complicado el camino a través de los rieles, el ambiente es húmedo y hay ratas.
Luego de caminar unos minutos, llegó a la estación Colegio de Ingenieros, había gente tirada en el piso, otros lloraban y otro tanto intentaba ayudar, el personal del Metro no daba abasto y ella lo único que pudo hacer fue sacar un paquete de toallas húmedas y limpiarse.
Luego de tres horas de retraso, en un recorrido que toma 45 minutos, Victoria Jazmín llegó a casa. Al ingresar al Twitter, encontró el colmo de las mentiras, el Metro de Caracas aseguró mediante un tuit, que el retraso en el sistema se debió a fallas mecánicas de un tren en la estación Colegio de Ingenieros
EV Houston / Foto: Referencial