El río Sambingo, ubicado en el departamento del Cauca, al suroeste de Colombia desapareció por los efectos del fenómeno «El Niño». Este hecho fue descubierto por los Efectivos Militares de la tercera División del Ejército colombiano que se encontraban realizando operaciones contra las actividades mineras ilegales en el departamento del Cauca apoyados por la Fuerza Aérea y la Fiscalía.
Este riachuelo fue protagonista de una tragedia invernal en el 2014 donde 5 personas perdieron la vida y 8 desaparecieron. Este afluente, que hace parte de la cuenca hidrológica más importante del Pacífico caucano, es tributario del Patía, otro mítico río de la región. Antes de desembocar al océano, ambos recorren casi 150 kilómetros de montañas, cañones y bosque tropical, indica el portal SEMANA
A través de un comunicado, el Ejército confirmó que en el lugar fueron encontradas cinco máquinas retroexcavadoras, una clasificadora y otros elementos de extracción estimados en 400 millones de pesos, una cifra irrisoria comparada con los tres mil millones aproximados que los delincuentes devengaban por la mina mensualmente, destacaron medios locales.
“No podíamos creerlo. Ver ese panorama nos produjo muchísima tristeza, rabia y dolor”, expresó un suboficial que estuvo en la operación.
La otra indignación es que en las imágenes de sequía del afluente se observa claramente que no sólo el fenómeno de El Niño es el responsable. A lo largo de su árido cauce se observan enormes grietas de volcán que no son otra cosa que las zanjas producto de la explotación minera ilegal.
Esas mismas fuentes oficiales aseguran que en esa actividad minera ilegal sobre el río que se secó les dejaba ingresos cercanos a $3.000 millones mensuales.
Una cifra irrisoria para el daño ambiental que causaron, y más si tenemos en cuenta que cálculos de expertos consideran que recuperar todo ese ecosistema costaría alrededor de $100.000 millones.
EV Houston / Foto: Cortesía