Roberta Jacobson fue confirmada este jueves como embajadora en México después de diez meses de inacción en el Senado estadounidense y de una larga batalla con uno de los mayores críticos de la apertura a Cuba, el senador republicano Marco Rubio.
Jacobson será la primera mujer de la historia de EEUU en dirigir la embajada en México, un puesto que estaba vacante desde julio de 2015, cuando lo dejó el anterior embajador, Earl Anthony Wayne.
La diplomática, que ahora ocupa el puesto de secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, fue confirmada por unanimidad en el Senado después de una negociación entre la Casa Blanca y Rubio, que durante siete meses hizo uso de la potestad que tienen los senadores para impedir que una nominación se someta a votación en el pleno.
“Nueve meses tras su nominación, me complace decir que vamos a enviar a una de nuestras mejores diplomáticas a avanzar en esta importante relación. Nadie está más cualificada que Roberta para representar a EE.UU. en México”, indicó el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, en un comunicado tras la votación.
Jacobson fue la jefa negociadora de EE.UU. en el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, un papel que despertó suspicacias de Rubio, de origen cubano y frontalmente opuesto al deshielo bilateral.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, nominó a Jacobson como embajadora en México en junio de 2015, algo a lo que el Comité de Relaciones Exteriores del Senado dio su visto bueno en noviembre.
Desde entonces, Rubio impidió cualquier votación al respecto en el pleno del Senado, con el argumento de que la diplomática había sido “evasiva” a la hora de responder a sus preguntas sobre su trabajo en Cuba y Venezuela.
Pese a estar inmerso durante meses en su campaña presidencial y no pisar apenas Washington, Rubio recurrió a uno de sus colegas en la bancada republicana, Mike Lee, para que bloquease la votación en su nombre cuando otro senador intentó llevarla al pleno en febrero.
A cambio de levantar ese bloqueo, Rubio exigió que se extendieran hasta 2019 las sanciones impuestas en diciembre de 2014 a ciertos funcionarios de Venezuela, que iban a caducar a finales de este año.
Pero para que el acuerdo funcionara hubo que introducir una tercera pieza: el influyente senador republicano Bob Corker exigió que se convenciera a su compañero de bancada Ted Cruz para que levantase su bloqueo sobre un proyecto de ley que aportaba fondos al Departamento de Estado para el actual año fiscal.
EFE / Foto: Referencial