El pasado viernes 9 de octubre, los yihadistas asesinaron a cinco jóvenes acusados de ser homosexuales lanzándolos desde lo alto de un edificio en el sur de la ciudad de Mosul, capital de la provincia iraquí de Nínive.
El presidente de la comisión de derechos humanos en la provincia, Gazuan Hamed, dijo a Efe que después del asesinato de los cinco ciudadanos, los miembros de ISIS lanzaron piedras a sus cuerpos.
En los territorios bajo su control, ISIS ha asesinado a más de 120 personas, lanzándolas al vacío, tras acusarlas de “practicar la sodomía y de desviación sexual”.
Además, el grupo terrorista degolló el pasado marzo, en público, a otros cuatro jóvenes homosexuales en Mosul, donde esta organización aplica desde el verano de 2014 su interpretación radical de la ley islámica.
Desde entonces, el grupo ha aprovechado circunstancias como la guerra civil en Siria para afianzar su poder, mientras que una coalición internacional encabezada por Estados Unidos realiza bombardeos aéreos contra sus posiciones en ambos países.
Desde hace dos semanas, también Rusia ha anunciado que iniciaría una serie de maniobras militares contra el grupo extremista.
Paralelamente, el ejército sirio, fortalecido por los ataques de su aliado ruso y del Hezbollah, ha intensificado sus operaciones contra los rebeldes en las regiones del noroeste, donde los combatientes del ISIS no están presentes.
EV HOUSTON / Foto: cortesía