Un fallo mecánico fue la causa principal del accidente del Airbus 320-200 de AirAsia, vuelo QZ8501, que el 28 de diciembre de 2014 se estrelló en aguas de la isla de Borneo con 162 personas a bordo, anunciaron este martes las autoridades indonesias.
Los repetidos errores en el ordenador de control de vuelo del avión debido a una grieta en la unión de una soldadura llevó a que el piloto perdiese el control del aparato, dijo el Comité Nacional de Seguridad del Transporte de Indonesia en rueda de prensa en Yakarta, según la cadena de televisión Channel NewsAsia.
El informe final presentado hoy establece cuatro fallos antes de que la aeronave entrase “en un estado de bloqueo prolongado que estaba más allá de la capacidad de la tripulación de vuelo para recuperarse”. El defecto se localizó en el limitador de deflexión del timón, controlado por los FAC (sigla de Flight Augmentation Computer).
El servicio de mantenimiento de AirAsia Indonesia, filial de la compañía aérea malasia, tenía conocimiento de las deficiencias de esta pieza.
“En los meses previos al accidente, los fallos en el RTLU (sigla de Rudder Travel Limiting Unit, unidad limitador de deflexión del timón) habían sucedido con mayor frecuencia”, señaló el indonesio Nurchayo Utomo, jefe de la investigación del accidente.
El problema hacía que el limitador de deflexión del timón emitiese alertas de error y los pilotos solucionaban el mal funcionamiento reiniciando el ordenador. En el caso del QZ8501 siniestrado, el piloto recurrió a la operación pero al soltarse el piloto automático no pudo hacerse con el control del aparato y este se estrelló.
“Tenemos mucho que aprender de esto, AirAsia, el fabricante y la industria de la aviación”, señaló el director ejecutivo de la aerolínea, Tony Fernandes.
El avión del vuelo QZ8501 de AirAsia despegó de Surabaya, en la isla de Java, en la madrugada del 28 de diciembre de 2014 con 162 personas a bordo y tenía previsto aterrizar en Singapur unas horas más tarde. En el interior viajaban tres surcoreanos, un británico, un francés, un malasio, un singapurés y 155 indonesios, entre los pasajeros y una tripulación de siete personas.
El avión volaba a una altura estable y dentro de los límites de peso y equilibrio cuando el piloto, antes de que se cortase la comunicación, solicitó permiso a la torre de control para subir de 32.000 pies a 38.000 para eludir una tormenta que había encontrado en su camino.
En ese momento, el aparato sobrevolaba el mar al sur de la isla de Borneo.
La torre de control concedió el permiso pero el avión viró a la izquierda, subió hasta los 37.400 pies en 30 segundos y luego descendió a 32.000 pies en otros 30 segundos, antes de comenzar la caída mortal hacia el mar.
EFE / Foto: Referencial