Acción de Gracias es el día predilecto de Barack Obama, y por eso en su penúltima ceremonia del indulto del pavo como presidente de EE.UU., perdonó a las dos “víctimas”, bautizadas como Honest y Abe, y otorgó al segundo el título de “Pavo Nacional de Acción de Gracias”.
“He de confesar que Honest está para comérselo, pero esto es la democracia”, se encogió de hombros el presidente antes de anunciar ante los congregados en la Casa Blanca que Abe era el escogido por los estadounidenses para obtener el título de pavo oficial.
En los días anteriores al evento, los ciudadanos estadounidenses votaron a su favorito al título de entre los candidatos, ambos de más de medio metro de alto y unos 10 kilos de peso, con lo que la ceremonia adquiere un tono más festivo, sin condenas al horno.
“Como habrán oído, durante meses se ha librado una fiera batalla entre una banda de pavos que trataban de ganar en su carrera hacia la Casa Blanca”, dijo Obama en la presentación de la ceremonia.
Obama agradeció que sus hijas estuvieran allí “solo para hacerle sentir bien, no porque crean que esto (la ceremonia del indulto del pavo) es algo que debiera hacer”.
El presidente no dejó de mencionar el sentimiento de agradecimiento que reúne a familias y amigos alrededor de la mesa en estos días, y dio las gracias a los hombres y mujeres que sirven al país, así como él mismo dijo sentirse complacido de hacer.
Así, el pavo del año, Abe y su segundo en la línea de sucesión de la corona, Honest, pasarán el resto de sus días en paz en una granja en la llamada Colina del Pavo en Morven Park, una granja histórica en la casa del exgobernador de Virginia Westmoreland Davis (1859-1942).
La ceremonia del indulto del pavo se remonta al año 1963, cuando el presiente John F. Kennedy perdonó la vida al primero, algo que también hizo en alguna ocasión Richard Nixon, pero fue Ronald Reagan quien en 1987 instituyó el perdón del pavo como una costumbre.
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