Bajo. Gordo. Gay. Tímido. Inteligente… o simplemente ser diferente de la multitud. Adultos y niños son intimidados a diario en escuelas y oficinas de los Estados Unidos.
Según la Asociación Americana de Psicología, “el Bullying o intimidación es una forma de conducta agresiva en la que alguien intencionalmente y repetidamente provoca a otra persona lesiones o molestias. La intimidación puede tomar la forma de contacto físico, palabras o acciones más difíciles de describir y analizar. El individuo intimidado normalmente tiene problemas para defenderse a sí mismo y no hace nada para ‘provocar’ la intimidación”.
Aproximadamente entre 40 a 80 por ciento de niños en edad escolar experimentan bullying-intimidación en algún momento durante sus años escolares. Los colegios ofrecen entrenamientos a profesores y charlas a los alumnos, pero aun así el bullying sigue aumentando
La idea de este artículo es cómo comenzar a actuar en el ambiente escolar y el hogar usando una lista de recomendaciones para disminuir estos ataques de acoso escolar.
Ambiente escolar
1. La mayoría de los ataques suceden donde la supervisión por parte de los adultos es mínima tales como pasillos, baños y patios. El hecho de tener más maestros supervisando aquellos lugares permite una intervención rápida hacia este tipo de intimidación. Asimismo, al haber una actuación dinámica y eficaz del maestro, hace ver a los “matones” que sus acciones no son aceptables, que hay consecuencias y lo más importante es que ayuda a las víctimas a sentirse más confiados y seguros.
2. Pedirle a maestros que han sido testigos de este tipo de incidentes utilizar ese momento para ofrecer una enseñanza que pueda abrir las puertas hacia conversaciones sobre temas delicados, como el por qué eligieron ser espectadores en vez de ayudar a las víctimas, o por qué los “matones” son populares entre sus compañeros, o el por qué la exclusión social es una forma dolorosa de maltrato entre iguales. Por el solo hecho de conversar con los niños ya se puede comenzar a disminuir los incidentes.
3. El no tomar medidas cuando hay problemas serios como “matones crónicos” o víctimas que siempre son atacadas, puede llevar a un riesgo de problemas socio-emocional a largo plazo. Pregunte en la escuela cómo obtener ayuda profesional del psicólogo de la escuela o de ayuda externa.
Ambiente en el hogar
Nunca ignore su hijo / hija que informa que esta siendo victimizado por sus compañeros. A menudo las víctimas temen represalias y son reacias a contar lo que sucedió. Si usted ve que su hijo está cambiando su comportamiento, pregunte, pregunte, pregunte y siga preguntando. El sufrir en silencio es común entre las víctimas y sienten que los adultos no los entienden, o que no les interesa.
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Susy Brown / College Jump Start International / Foto: Referencial