Nicolas Maduro pide a la historia que le “descuente” sus primeros 24 meses cuando se vaya a evaluar su gestión de Presidente.
“Yo voy a cumplir dos años (de gestión). Son 24 meses de golpe y contragolpe, intentos de magnicidio, guarimbas, pero ahí vamos pa’ lante. Ahora, esos años me los descuentan cuando me vayan a evaluar”.
Nicolás Maduro. Martes 3 de febrero de 2015
Nicolas Maduro pide a la historia que le “descuente” sus primeros 24 meses cuando se vaya a evaluar su gestión de Presidente. Alega que sus opositores no han dejado de sabotearle. La frase del mandatario durante su programa del martes deja estupefacto. Pide comprensión al pueblo ante tanto golpe y sabotaje
Abrí los ojos tanto como pude. Sufría un ataque de asombro frente al televisor a las 9.07 de la noche de este martes, mientras aguardaba en Redacción por las correcciones de la portada de la edición impresa. De pie, cruzado de brazos, balbuceé en voz alta un par de frases de incredulidad cuando el presidente Nicolás Maduro soltó una perla en su programa nocturno.
Boquiabierto, ojeé al derredor, hurgando entre los pocos periodistas y editores que aún quedaban en Redacción para ver si al menos uno de esos cazadores de información había puesto su mira en el dato que acaba de escuchar. No hubo consorte que secundara, pero estuve seguro de que aquello fue un segmento memorable -y no en el buen sentido-.
Maduro contaba una anécdota para ilustrar el impacto positivo de las misiones. Según su relato, la noche del lunes decidió detener el vehículo que manejaba frente a una venta de perrocalientes en una barriada del sector popular de El Valle, en Caracas. Le acompañaban Cilia Flores e, imagino, un tropel de sus escoltas. El reloj marcaba aproximadamente las 10.30 de la noche cuando comenzó a departir con cinco, diez, veinte y hasta cien personas que allí se aglomeraron.
Los lugareños, siempre de acuerdo con el testimonio presidencial, le contaron de las mil maravillas que el Gobierno ha hecho por ellos desde los inicios de la revolución. Y fue entonces cuando, en el monólogo de En Contacto con Maduro, pulió la joya discursiva que al día siguiente no llego a los titulares ni a los textos de los periódicos, lapidada por sus versiones de la escasez, la guerra económica, sus roces con Estados Unidos y el explosivo decreto 8610 de la Fuerza Armada.
Celebraba las misiones sociales ideadas por Hugo Chávez, dejando correr la tesis de que los primeros cinco o seis años de gestión del fallecido presidente no debían medirse con la misma vara que el resto, ya que fueron períodos de “sabotajes”. Y simpatizó con la quimera: “Yo voy a cumplir dos años. Son 24 meses de golpe y contragolpe, intentos de magnicidio, guarimbas, pero ahí vamos pa’ lante. ¡Pa, pa, pa (con gestos de ambos puños cerrados como golpeando en el aire)! Ahora, esos años me los descuentan cuando me vayan a evaluar”.
Sí… usted leyó bien: Maduro demandó al país, con una naturalidad espeluznante que ya cumple seis noches, que la opinión pública indulte su par de años de estreno en Miraflores. Entonces, ¿le aqueja la inflación? Sea comprensivo con el dirigente. ¿Le molestan la escasez, el contrabando y la inseguridad? Muéstrese benevolente, que el Presidente la ha tenido dura durante 24 meses.
Nicolás Maduro se puso el martes la camiseta del defensa central que le pide al árbitro dejarle impune tras meter la mano en la línea de gol para detener el balón. Lució cual conductor que exige al fiscal de tránsito dejarle ir a casa, ignorando el bestial accidente que provocó al tragarse la luz roja. Malabares entre broma y seriedad.
Que un dignatario implore a sus gobernados un salvoconducto a su favor es lo mismo que decir que el país ha aterrizado patas arriba. Siempre que se ven acorralados por la historia, los gobernantes se las ingenian para sacar un nuevo conejo de la chistera, bien sea en El Valle, el Bronx o Darfur.
Pero la chanza del Presidente no tiene la más mínima posibilidad de sobrevivir en una crisis inédita como la que hoy nos estalla en las narices. Antes de bromear a la ligera, es más sabio tomar apuntes de lo que dijo Diosdado con absoluta razón: “el pueblo está bravo”… y no parece tener ánimos de firmar absoluciones en estas horas de urgencia.
Por Gustavo Ocando Álex / Diario La Verdad (Maracaibo)
Abraham Puche / EV Houston / Foto: Referencial