El estado de Texas (EE.UU.) ejecutó a Donald Newbury, miembro de la banda de fugitivos “Los siete de Texas”, cuyos integrantes protagonizaron una sonada fuga de la cárcel de máxima seguridad en la que estaban recluidos en el año 2000.
Newbury, de 52 años, fue dado por muerto a las 18.25 hora local (00.25 del jueves GMT) tras ser ejecutado con una inyección letal en el penal de Huntsville, según notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas.
Sus últimas palabras fueron: “Esta nueva humillación derrota solo al cuerpo, mientras que cuida al espíritu”.
Newbury fue ejecutado por el asesinato de un oficial de policía durante la fuga que protagonizó con otros seis presos, considerada la mayor de la historia de Texas.
“Los siete de Texas” (“Texas Seven”, en inglés) se fugaron el 13 de diciembre del 2000 de la cárcel de máxima seguridad Connally Unit en Kenedy, a unos 100 kilómetros al sur de San Antonio.
Muy organizados y con todos los detalles planeados, lograron reducir al personal de la cárcel que se encontraron a su paso, les robaron ropa y armas, y lograron salir del penal en una furgoneta.
Los fugitivos se mantuvieron unidos durante los días posteriores a la fuga, en los que pusieron tierra de por medio y perpetraron varios robos para obtener dinero.
El 24 de diciembre del 2000 asaltaron una tienda de deportes en Irving (Texas), donde robaron 40 armas, 70.000 dólares en efectivo y ropa de invierno.
Mientras escapaban, asesinaron de once disparos al oficial de policía Aubrey Hawkins, entonces de 29 años, que acudió al llamado tras celebrar la cena de Nochebuena con su familia.
Por ese crimen fueron condenados a muerte todos los integrantes de la banda excepto Larry Harper, que se suicidó antes de ser detenido.
Tras el asesinato de Hawkins se desató una enorme búsqueda que terminó el 23 de enero del 2001 en el estado de Colorado, a unos 1.600 kilómetros del lugar de la fuga, cuando seis de ellos fueron detenidos en un motel y Harper se suicidó.
Un grupo de compañeros del oficial Hawkins, incluido el jefe del Departamento de Policía de Irving, acudieron hoy a Huntsville para presenciar la ejecución.
Tras recibir Newbury la inyección local, los policías encendieron sus motos e hicieron ruido con los motores.
Newbury es el tercer miembro de “Los Siete de Texas” en recibir una inyección letal tras las ejecuciones de Michael Rodríguez en 2008 y George Rivas, el líder de la banda, en 2012.
Joseph García, Randy Halprin y Patrick Murphy, todos con condenas capitales, aguardan su turno en el corredor de la muerte, aún sin fecha programada.
Nacido en Albuquerque, Nuevo México, Newbury cumplía una condena de 99 años de cárcel por varios robos en el momento de la fuga.
En una entrevista concedida en el 2003, ya en el corredor de la muerte, afirmó que de presentarse la ocasión, volvería a fugarse.
“Tenía una condena de 99 años. ¿Qué podía perder?”, dijo.
Desde que fue condenado a muerte en el 2002, Newbury acumulaba 55 sanciones disciplinarias por posesión de armas, agresiones (al personal carcelario y a otros internos), contrabando, incitar disturbios y hasta por un motín, entre otras fechorías.
Newbury se convirtió hoy en el tercer preso ejecutado este año en Texas y el séptimo en el país.
Desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976, en Estados Unidos se han ejecutado a 1.401 presos, 521 de ellos en Texas.
EFE / Foto: EFE