Treinta y nueve víctimas de la explosión de un camión de gas frente a un hospital infantil de la capital mexicana siguen internadas, de las cuales 18 están en condiciones de gravedad, informó hoy el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
En declaraciones a la cadena Televisa durante un recorrido realizado esta mañana en la zona de la tragedia, Mancera destacó que hay nueve bebés que se encuentran entre las 18 personas que están en una condición crítica.
“El pronóstico es bueno”, dijo el alcalde, de acuerdo con el diagnóstico de los médicos que atienden a los pequeños, aunque uno de los bebés registra “quemaduras en más del 80 % del cuerpo” y hay la posibilidad de que sea trasladado al hospital de Galveston (Texas), el mejor del mundo en esta especialidad.
La explosión, al parecer provocada por una fuga de gas en una manguera del camión cuando abastecía un hospital público del oeste de Ciudad de México, causó la muerte de dos bebés y una mujer, y heridas a 73 personas, de las cuales 34 fueron dadas de alta en las últimas horas.
El secretario de Salud del Distrito Federal, Armando Ahued, informó que realizarán pruebas genéticas a nueve de los menores que se encuentran heridos, a fin de estar seguros de su identidad antes de ser entregados a sus padres.
Explicó que dichos niños habían acudido con sus padres para una consulta al hospital -cuya estructura colapsó a causa del estallido-, por lo que no llevaban un brazalete con sus nombres. El resto de los menores sí lo portaban, dado que estaban internados.
Sobre las causas de la explosión, el Gobierno capitalino ha dicho que hubo una “importante fuga” en la manguera de la pipa hacia el lado de la unidad, aunque serán las pruebas periciales las que van a determinar lo sucedido en el centro médico.
“Fue una falla de la pipa, no del hospital”, dijo Ahued. Sin embargo, los expertos se preguntan hoy por qué el camión cisterna, que estaba al 87 % de su capacidad, no fue destruido por la explosión, mientras que el nosocomio quedó reducido a escombros.
Aunque las pesquisas están en manos de la fiscalía capitalina, que tiene en calidad de detenidos a los tres operadores de la unidad, la Secretaría de Energía federal abrió una investigación de la empresa Gas Express Nieto, que desde 2007 brinda servicios al Gobierno del Distrito Federal.
“La investigación administrativa se complementará una vez que cuente con los resultados de los dictámenes periciales que lleva a cabo la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal”, explicó en un comunicado.
En caso de hallar a la empresa responsable de irregularidades en la normatividad aplicable a la actividad de distribución de gas, se le podrán aplicar sanciones que van desde los 15,7 millones de pesos (poco más de un millón de dólares) y revocar su permiso.
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